Illustration by Natalia Vargas for GenderIT

Como mujer mestiza nacida en el territorio de Chile, reivindico la perspectiva enraizada en los pueblos del Sur de América del “buen vivir”, plasmada en la propuesta de borrador de Constitución de Chile en 2022, para contribuir a las decisiones tecno-políticas colectivas. Planteo esta reflexión como una propuesta de enfoque decolonizador que nos movilice hacia presentes y futuros en interdependencia entre los seres humanos y no humanos y las fuerzas de la naturaleza, y en solidaridad intergeneracional.

Cuando Elisa Loncón, lingüista mapuche y activista por los derechos indígenas en Chile, se postuló como representante del pueblo mapuche para la Convención Constitucional chilena (2021), afirmó que el concepto del "Buen vivir" debería estar a la vanguardia del nuevo sistema de gobierno. La filosofía del “Buen Vivir está presente en diversas culturas del sur de América: suma qamaña en aimara, sumak kawsay en quechua, ckaya ckausatur en ckunsa, mo ora riva riva en rapa nui y küme mongen en mapuche ("Azmapu, Aportes de la filosofía mapuche para el cuidado del Lof y la Madre Tierra", Elisa Loncón, 2023).

Como Elisa propuso en su candidatura, la filosofía trae “un Nuevo Pacto con la Naturaleza reconociendo los derechos al agua, la soberanía sobre las semillas, el derecho a las montañas, y la protección de los ngen (fuerzas espirituales que protegen a la naturaleza). Proponemos un nuevo modelo de desarrollo y respeto de los ciclos vitales de la naturaleza, incorporando la sabiduría indígena del küme mogen”.

“El küme mogen es una forma de vivir y estar en el mundo, cultivado por los pueblos desde sus orígenes, y se manifiesta en una ética de cuidado de la naturaleza, de la vida comunitaria y colectiva, como práctica diaria, en la siembra, cosecha; en la convivencia familiar. Ha convertido a los pueblos en los verdaderos guardianes de la tierra, por eso, donde existen los pueblos indígenas hay naturaleza y vida; aunque hoy el territorio ha sido devastado por la explotación extractivista, por los monocultivos, rompiendo el Buen vivir”, dijo el 8 de marzo de 2022.

“Es un principio de interdependencia; el estar bien individual depende del bienestar colectivo y viceversa (...) El buen vivir, como principio, articula como un todo lo ecológico, el cuidado de la Tierra con las economías de reciprocidad y de complementariedad entre la comunidad y la naturaleza; lo social, cultural y espiritual que implica el respecto entre los seres humanos independiente de su género, clase, pertenencia cultural. Todo ello para dar paso al equilibrio, a la armonía entre las personas, la familia y comunidad, los pueblos y la naturaleza”, continúa Elisa (“Azmapu, Aportes de la filosofía mapuche para el cuidado del Lof y la Madre Tierra”, 2023).

Elisa acabó siendo elegida para redactar la nueva Constitución chilena en 2021, a través de uno de los 17 escaños reservados a los indígenas. Fue nombrada primera presidenta de la Convención para redactar lo que pondría fin a la Constitución de la época de la dictadura de Pinochet.

El grupo elaboró una propuesta de Constitución que establecía que “La naturaleza tiene derecho a que se respete y proteja su existencia, a la regeneración, a la mantención y a la restauración de sus funciones y equilibrios dinámicos, que comprenden los ciclos naturales, los ecosistemas y la biodiversidad”  (Artículo 103, 1); que “El Estado debe garantizar y promover los derechos de la naturaleza” (Artículo 103, 2) y que “Las personas y los pueblos son interdependientes con la naturaleza y forman con ella un conjunto inseparable. El Estado reconoce y promueve el buen vivir como una relación de equilibrio armónico entre las personas, la naturaleza y la organización de la sociedad (Artículo 8).

El principio del buen vivir ya se había expresado anteriormente en las constituciones latinoamericanas, en particular en Ecuador y en Bolivia. El Plan Nacional del Buen Vivir de Ecuador (2009-2013), indica que: “La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno –visto como un ser humano universal y particular a la vez– valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”.

El proyecto de Constitución de Chile de 2022 reconocía el papel social y ecológico de la Tierra, establecía que los principios de protección de la naturaleza y el medio ambiente debían implicar justicia y solidaridad intergeneracional y salvaguardaba el agua como bien común -crítico en un contexto de sequía-. También garantizaba los derechos al descanso, al disfrute del tiempo libre y a la desconexión digital, y reconocía los cuidados y el trabajo doméstico como socialmente necesarios e imprescindibles para la sostenibilidad de la vida y el desarrollo de la sociedad.

La propuesta progresista fue finalmente rechazada por los ciudadanos como nueva Constitución, en medio de campañas de desinformación.

Mirar las tecnologías a través de la lente del "buen vivir"

Aun así, como mujer mestiza nacida en el territorio de Chile, me interesa reivindicar perspectiva, reflejada en este esfuerzo constitucional, como enfoque descolonizador, propositivo y posible, con la esperanza de que contribuya desde el Sur a reflexiones y decisiones tecno-políticas ambientalmente justas, situadas y movilizadoras.

Es así como recorro cuatro perspectivas que nos permiten mirar las tecnologías digitales de manera impulsada por el principio del "buen vivir". Estas perspectivas buscan ser útiles a la hora de analizar y elegir una tecnología digital. Como advertencia importante, estos enfoques guía no pretenden sustituir a las iniciativas que analizan el impacto medioambiental y comunitario de las tecnologías abiertas y digitales. Más bien, me interesa explorar cómo las perspectivas ancestrales -en este caso arraigadas en las cosmovisiones de los pueblos originarios del sur de América- pueden servir de inspiración para el análisis de las infraestructuras digitales, a la luz de la crisis que supone el extractivismo impuesto por el tecno-capitalismo. 

Cada consideración invita a individuos y organizaciones a considerar los impactos holísticos e interconectados de sus herramientas digitales, y a identificar tecnologías y enfoques alternativos de la información digital en consonancia con la justicia social.

El impacto territorial de la infraestructura del proveedor tecnológico

El territorio no es sólo la tierra. Es un ecosistema, es semilla y es agua. En The Engine Room hemos documentado algunos de los impactos de la infraestructura big-tech (o de las grandes empresas de tecnología) y su impacto en el Mundo Mayoritario. Dado el contexto de la emergencia climática y cómo se está desarrollando la infraestructura del extractivismo big-tech en América Latina y el Caribe, una forma de mirar la infraestructura y su materialidad, es a través del análisis de los métodos de generación de energía necesarios para su funcionamiento y almacenamiento de información, con especial énfasis en los centros de datos que albergan su información, y cómo su instalación o uso impacta en la escasez de agua dentro de las comunidades. Para muchos colectivos, la forma en que se produce este desarrollo extractivo es clara, ya que impacta en sus propias comunidades, devastando sus ecosistemas, acosando a los líderes ecologistas o incidiendo directamente en el despojo o desplazamiento de los pueblos.

Cuando se analizan las tecnologías teniendo el aspecto territorial en cuenta, es necesario situar la infraestructura física y los impactos de una tecnología concreta. Esto puede consistir en determinar dónde se almacenan los datos, de dónde obtiene la energía un proveedor o qué otros minerales o recursos extraídos son necesarios para la tecnología.

Comprender los impactos dispares en las comunidades

Para Paz Peña, una transición digital justa requiere centrarse en la justicia racial: "Los impactos del desarrollo de la infraestructura digital no son universales ni menos individuales, es una cuestión geopolítica, racial y de clase social" ("Tecnologías para un planeta en llamas", 2023).

Un ejemplo de la disparidad del desarrollo se puede identificar en Fairphone, un fabricante holandés de productos electrónicos que diseña y produce teléfonos inteligentes a través de un compromiso con el clima y el delicado ecosistema del planeta, incluido lo que ellos declaran ser materiales extraídos y reciclados de forma responsable para los teléfonos. Ellos forman parte de la "Alianza por el Litio Responsable", que busca colaborar en la "minería sostenible" en el Salar de Atacama (Chile), mientras que el litio se extrae en el territorio mediante minería hidráulica en un contexto de escasez hídrica, afectando el acceso al agua a las comunidades de la región, desplazando personas y afectando la existencia de otros seres vivos.

“No hay que solo hablar de litio, hay que hablar de salares. No basta con discutir quién se queda con el litio, sino que hay que evidenciar los impactos socioambientales que genera un mineral que se aprecia como elemento fundamental para la reconversión tecnológica verde. Pero esta modificación tiene un lado oscuro, colonial, que significa repetir el mismo extractivismo de siempre, que actúa contra los habitantes locales con el fin de satisfacer una matriz energética carbono cero de las sociedades industriales que no ven lo que está sucediendo acá”, afirmó Bárbara Jeres en un artículo de 2018.

Por otro lado, cabe notar que algunas personas desarrolladoras han dado prioridad a responder a las necesidades de determinadas comunidades. Por ejemplo, en 2016, Signal apoyó a comunidades en tiempos de crisis cuando anunció que había añadido una función a su aplicación para Android que permitiría eludir la censura en Egipto y Emiratos Árabes Unidos, donde había sido bloqueada unos días antes. En 2022, Signal se había convertido en la aplicación de mensajería con más tráfico en Ucrania gracias a su sólido sistema de seguridad, en marcado contraste con la propaganda de guerra y la desinformación que inundaban la aplicación de mensajería Telegram.

A la hora de buscar una alternativa tecnológica, algunas preguntas orientativas que surgen son: ¿Está desarrollando el proveedor de tecnología funciones o herramientas basadas en las necesidades de una comunidad? ¿Cómo se relaciona al análisis territorial de la materialidad de la tecnología? ¿Está la infraestructura empoderando a las comunidades territoriales o de tecnología para la justicia social mediante el desarrollo de funciones dentro de sus plataformas basadas en las necesidades? ¿Promueve activamente programas de capacitación u otras oportunidades de fortalecimiento?

Privacidad por diseño

Cuando la tecnología utiliza la privacidad como principio rector, puede practicar la "minimización de datos", o recoger/almacenar la menor cantidad de datos posible. Esto puede conducir tanto a un menor consumo de energía en el almacenamiento de datos como a garantizar aspectos importantes del "buen vivir" relacionados con el derecho a la intimidad y la libertad de expresión. Para los profesionales de la justicia social, los derechos humanos y el periodismo, los derechos a la libertad de expresión y a la intimidad resultan cruciales cuando se trata de abordar o informar sobre la justicia medioambiental o el extractivismo.

Signal, entre 2022 y 2023, se convirtió en la aplicación de mensajería a la que acudían los activistas de los derechos sexuales y reproductivos en un mundo post-Roe v. Wade (la legislación que en Estados Unidos marcó un antes y después en el acceso a los derechos reproductivos en el país), desmarcándose de plataformas como Facebook, que aportó pruebas para investigar a una mujer en Nebraska, u otras plataformas utilizadas como herramienta para criminalizar los movimientos: las grandes empresas tecnológicas entregaban mensajes privados e historiales de búsqueda, los datos de seguimiento de los sitios web de las clínicas abortistas acababan en manos de intermediarios de datos, y los datos agregados, incluida la información de localización, junto con las personas que visitaban clínicas de aborto y salud reproductiva, se entregaban a otros intermediarios de datos.

Otro ejemplo: según su política de privacidad, el servicio de infraestructura digital y servidora Greenhost está comprometida con la privacidad desde el diseño, cumple la legislación europea de protección de datos y ha implementado medidas razonables de protección contra el acceso no autorizado y la interceptación o el tratamiento ilícitos de la información personal que almacenan y controlan. Además, Greenhost ofrece eclips.is, una plataforma gratuita y ligera donde lanzar tus servidores (virtuales) apoyada por el Open Tech Fund, donde puedes desplegar tus servicios (encriptados) de correo, chat y vídeo en todo el mundo, con funcionalidades diseñadas especialmente para desarrolladores de servicios de promoción de los derechos civiles digitales. El servicio cuenta con funciones como la autenticación de dos factores y despliegues basados en plantillas de servicios como Etherpad (para tomar notas) o Jitsi meet (para videollamadas).

Impacto en el bienestar de las personas al utilizar las plataformas

Aunque son varios los aspectos que inciden en el bienestar de los individuos, la accesibilidad para los diferentes cuerpos y lenguas resulta fundamental. Poder diseñar, contribuir o utilizar herramientas en su propia lengua es fundamental para la representación de la cosmovisión y la filosofía de los pueblos, como propone el principio del "buen vivir", y, por ende, para la capacidad de disfrutar de las tecnologías.

La evaluación de este aspecto orientador dependerá de las capacidades y lenguajes dentro de la comunidad. Por ejemplo, proyectos de radio digital como Convite de Noís Radio construyen capacidades y desarrollan con defensores del territorio, del medio ambiente, líderes sociales de comunidades indígenas, afro y rurales, breves clips de audio a modo de postales sonoras para promover la privacidad, el autocuidado y la seguridad en internet con una perspectiva feminista en su interior. Este formato también facilita la escucha a un mayor número de personas, sin necesidad de una conexión de alta calidad.

Por otro lado, los esfuerzos en la localización de herramientas también pueden producirse como resultado de un contexto sociopolítico, como describe Localization Lab, indicando que desde el golpe militar en Myanmar el 1 de febrero de 2021, "cambiaron sus prioridades para centrarse en la coordinación de los esfuerzos urgentes de localización para apoyar el acceso a Internet libre y abierto y la comunicación segura en birmano y otros idiomas locales". Se centraron en la localización de herramientas solicitadas por las comunidades afectadas y los socios locales, que han experimentado un aumento de descargas y usuarios activos, como TunnelBear, Signal messenger y Briar.

Fomentar el cambio en las colectivas

Como recomendamos en nuestros programas de apoyo en The Engine Room, las tecnologías digitales que utilizamos deben revisarse y reevaluarse periódicamente, ya sea por cambios contextuales, nuevas preocupaciones de seguridad del equipo, cambios en las áreas de información, cambios en el equipo o un esfuerzo continuo por integrar tecnologías alternativas o basadas en la justicia.

Algunas preguntas que pueden resultar útiles a la hora de reflexionar sobre los aspectos culturales o las prácticas colectivas que favorecen el cambio son:

  • ¿Existe una cultura de experimentación o innovación dentro de la organización?
  • ¿Existen conexiones o contribuciones activas a redes técnicas o de atención digital?
  • ¿Existen catalizadores o entusiastas dentro del colectivo que pretendan impulsar el cambio?
  • ¿Existe claridad colectiva sobre cómo se toman las decisiones de implementación y mantenimiento de la tecnología?
  • ¿Cuáles son las narrativas (es decir, no de miedo sino de cuidado) dentro de la organización o los movimientos, que contribuyen a impulsar cambios?

Algunas otras preguntas que surgieron de los participantes del taller "Habitando la tecnología del día a día, con una perspectiva de justicia ambiental" que facilité recientemente en RightsCon 2023 junto con Anaiz Zamora Márquez (Fondo de Acción Urgente América Latina) y Bruna Zanolli (Rhizomatica) fueron:

  • ¿Existe una cultura de aprendizaje dentro de la colectiva? ¿Se ha construido un lenguaje común para la discusión, donde todas las personas entienden "palabras tecnológicas" como nube o accesibilidad?
  • ¿Existe una reflexión o pregunta sobre "¿Cuál es la alternativa?", siguiendo un pensamiento/camino creativo?
  • ¿Se valoran los conocimientos ancestrales y los de las comunidades tradicionales?
  • ¿Existe una conexión activa con la acción por el clima, respecto a las decisiones tomadas en tecnología?
  • ¿Se da prioridad al código abierto, para permitir la flexibilidad o la adaptación en el futuro?
  • ¿Es prioritaria la accesibilidad?
  • ¿Se participa en movimientos/redes transversales? ¿Existen conexiones con tecnólogas feministas o centradas en la justicia social? ¿Se construyen redes de atención y confianza, o se participa en ellas, a nivel regional y dentro de las disciplinas?

Ejemplos de tecnologías actuales que integran la justicia medioambiental

Tomar decisiones sobre qué tecnología utilizar no es necesariamente fácil. Y poner en práctica las perspectivas mencionadas tampoco lo es, especialmente en consideración que las posibles alternativas (accesibles en términos de usabilidad, coste, capacidad de implementación técnica de las organizaciones, idiomas, materiales educativos para reforzar su uso, entre otros factores), no siempre son ideales en términos de alineación con la justicia ambiental.

Aun así, hay enfoques y estrategias activos en estos esfuerzos, que proponen infraestructuras digitales descentralizadas y enraizadas en el cuidado. También hay iniciativas más pequeñas con y sin ánimo de lucro que adoptan estrategias tecnológicas sostenibles, pequeñas empresas de alojamiento web, software ético y desarrollo web centrado en la justicia medioambiental (Low tech magazine, low-carbon.digital, Branch magazine, y los principios del Manifiesto de la Web Sostenible), esfuerzos en torno al consumo circular de productos electrónicos (el derecho a reparar y reutilizar productos electrónicos), iniciativas para reforzar la infraestructura de conectividad a escala (como las iniciativas de redes locales).

Algunas iniciativas y alternativas técnicas que compartieron las personas participantes en la sesión RightsCon antes mencionada:

  • Eco-Mídia, una plataforma de investigación y prácticas comunitarias que une medios de comunicación, tecnologías de la información y la comunicación, derechos digitales y justicia socioambiental en el clima y en la territorialidad sur-sur.  
  • Marco de comunidades de práctica, para la creación de redes locales comunitarias (APC, 2023), que incluye un manual para levantar economías circulares basadas en el reconocimiento de procesos, recursos y necesidades comunitarias, un marco introductorio para entender los fundamentos de la electricidad y los sistemas fotovoltaicos para redes comunitarias y un manual de uso del Bambú para redes comunitarias, entre otros.
  • Proveedores autónomos de infraestructuras, como InfraRed, una red de 20 proveedores de servicios independientes, feministas, cooperativos, antifascistas y alternativos de 19 regiones diferentes que se han unido solidariamente para apoyarse mutuamente.
  • Levantando historias de comunicación con movimientos sociales antes de internet y la comunicación móvil, así como otras tecnologías más accesibles para los que no tienen acceso a internet, por ejemplo, Núcleo Estratégico de Direitos Humanos e Promoção da Paz (Nepaz) que realiza un trabajo de alto impacto coordinando denuncias de violencia de género en Altamira (Pará, selva amazónica), todo a través de radioaficionados debido a las dificultades con la conectividad y la alta confiabilidad y presencia de las comunicaciones por radio.
  • Conectar la tecnología con las experiencias vividas por las personas, como Prato do Dia, que conecta la seguridad digital con la alimentación.
  • Iniciativas que presentan alternativas a los servicios de alojamiento, como el proyecto Can A Website Be a Garden?, y su jardín en línea, que funciona con una pequeña Raspberry Pi.
  • El Grupo de Investigación Tech for Forests, que investigó las infraestructuras digitales de código abierto utilizadas por comunidades sometidas a la amenaza constante de violación de sus derechos civiles y medioambientales.

Construyendo interdependencias

Como principio central del "buen vivir" encontramos la interdependencia y la perspectiva comunitaria para construir respuestas y propuestas de sistemas que busquen presentes y futuros justos y regenerativos. Una propuesta final de este texto, es la de tejer conocimientos, tecnologías y esfuerzos que nos lleven, por un lado, a imaginar infraestructuras digitales desde el disfrute, el cuidado colectivo y planetario, pero también a construirlas, de manera interconectada.

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