Luego de terminar con una relación de 9 años, una chica es amenazada por su ex pareja con publicar videos difamando su imagen en internet. Ella, desesperada por el vacío legal que existe sobre el tema, escribe a todos sus contactos pidiendo que no abran ni respondan mails que lleguen desde la casilla de la persona que la amenazaba. Al día de la fecha, la mujer sigue sin poder radicar denuncia alguna sobre el tema.

(Caso del mapa de ¡Dominemos la tecnología!

La divulgación no autorizada de imágenes o videos íntimos que involucran a mujeres en internet se ha convertido en moneda corriente. Cada vez son más los casos en que usuarios publican en la red contenidos de este tipo. El derecho a la privacidad de las mujeres es cada vez más vulnerado.


La red se transforma en un nuevo escenario que permite que mayor cantidad de material con contenido sexual se encuentre a disposición de más personas, no siempre con el consentimiento de las mujeres involucradas en el mismo.


Pero modificar conductas de este tipo implica un análisis más profundo. Estamos inmersas/os en un modelo que jerarquiza lo adulto y lo masculino. Mediante diversos procesos de socialización, los sujetos van aprehendiendo una forma particular de ver el mundo, de ser varones o mujeres. Y los valores culturales vigentes naturalizan el uso de la violencia como medio para la resolución de conflictos, especialmente como atributo masculino.


Si bien las particularidades de internet pueden facilitar e incluso generar tipos particulares de vulneración de los derechos de las mujeres y niñas, es la reproducción de los estereotipos culturales de género lo que atraviesa tanto los espacios fuera de línea como en ella. Estos estereotipos se transmiten por medio de los juegos, el lenguaje, los símbolos, las normas de comportamiento y los medios de comunicación en el proceso de socialización del individuo. Esto genera la cristalización de los vínculos y los roles entre los sujetos como algo “natural” e incuestionable cuando en realidad es producido y reproducido por los mismos sujetos histórica y socialmente.


Una funcionaria municipal denunció ante la Justicia el presunto robo de su identidad en la red social Facebook donde abrieron hasta dos perfiles con su nombre y foto en los cuales se publicaron frases y fotos de contenido sexual. Junto a su abogado, hicieron un requerimiento para que la fiscalía interviniente solicite a Facebook que remitan información sobre el IP de la computadora que creó los perfiles y datos que ayuden a identificarlos.

(Caso del mapa de ¡Dominemos la tecnología!

El ámbito de internet ofrece oportunidades tanto de empoderamiento para las mujeres como de exposición a violaciones de sus derechos, como ocurre en el caso del ciberacoso. La divulgación no autorizada de imágenes es una de las principales tácticas utilizadas para perpetrar el ciberacoso. Esta acción supone una violación del derecho a la privacidad y a la intimidad desde el momento en que se utilizan en forma no autorizada datos e imágenes personales en forma repetida, dañando la privacidad, intimidad e integridad de mujeres y niñas.


Nuevas masculinidades para combatir la violencia


Video de joven abusada difundido por celular. El delito fue cometido y el video fue grabado a fines de 2009 en la casa de uno de los tres abusadores cuando la joven tenía 14 años. El video terminó siendo la pieza clave del caso, ellos mismos grabaron el acto con un celular y difundieron las imágenes, que llegaron a difundirse en el colegio al que acudía la joven. El padre de una alumna denunció la existencia del video y la justicia inició una investigación por distribución de material pornográfico. El video circuló por meses en la comunidad sin que nadie hiciera la denuncia, a sabiendas de que se trataba de una menor de edad involucrada.

(Caso del mapa de ¡Dominemos la tecnología!

Como parte de la edición 2012 de la campaña ¡Dominemos la tecnología!, la organización colombiana Colnodo, reunió a estudiantes universitarios para debatir sobre la violencia relacionada con la tecnología y buscar estrategias para acabar con ella.


Las/os estudiantes diseñaron y prepararon una serie de videos y dedicaron uno de ellos al tema de la difusión de imágenes no autorizadas, donde se muestra que el núcleo de la solución es la responsabilidad y el respeto que deben tener los varones por la vida privada, así como una nueva definición de la masculinidad.


El video, que se encuentra disponible en el sitio web de la campaña, https://www.takebackthetech.net/es/node/5377 muestra cómo con acciones concretas - como no aceptar ver ni reenviar imágenes que muestren la violación o humillación de mujeres - se contribuye a revertir esta situación.


Paralelamente, el Soul City Institute de Sudáfrica llevó adelante una campaña que también apunta a la toma de conciencia entre los varones y la promoción de comportamientos alternativos.


_Una adolescente es violada y filmada por sus agresores. El video se difunde a través de teléfonos celulares y llega a manos de jóvenes estudiantes. Ante el reconocimiento de la viólación de los derechos de la chica, las imágenes son rechazadas por los muchachos._


Con la elaboración de un video de gran impacto, que aborda el problema del uso imágenes de mujeres siendo violadas y su difusión a través de teléfonos celulares, plantea la necesidad de reflexionar sobre estas cuestiones. Se trata de un audiovisual que promueve una nueva mirada masculina. Una participación activa de los varones ante la denuncia de esta problemática.


Una de las campañas que trabajaron este tema fue la impulsada por el Programa de derechos de las mujeres de APC bajo el lema “Yo no reenvío violencia”, la cual proclama que “el acto mismo de reenviar el mensaje es otro acto de violencia” y busca comprometer a varones y mujeres a adoptar prácticas que eviten la propagación viral en internet de imágenes que supongan la violación de derechos humanos. Desde este lugar, el rol de los varones y las denominadas nuevas masculinidades juegan un papel fundamental. La búsqueda y adopción de nuevas masculinidades se asocia a la voluntad de generar otras matrices de pensamiento que acompañen o sean más cooperativas con respecto a los procesos de liberación de las mujeres.


De esta forma, es posible registrar que hay diversas iniciativas que están promoviendo nuevas formas de ser en línea para los varones y para las mujeres, formas de ser respetuosas de los derechos. Tiempo atrás conductas de este tipo podían resultar inviables. Gracias al trabajo que las organizaciones de mujeres vienen realizando, la concientización en estos temas logra una nueva posibilidad: los varones también pueden detener la violencia. La complicidad ya no se presenta como la principal alternativa.


Para conocer más casos accede al mapa de ¡Dominemos la tecnología!


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Imagen de la campaña ¡Dominemos la tecnología!

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