Internet se presenta como un escenario más donde elaborar una identidad propia. Las feministas debemos generar estrategias para crear otras formas de vincularnos en la red: sin reproducir estereotipos. Creando nuevas lógicas de comunicación. Nuevas formas de disputar poder y sentido.

¿Cómo intervenir el espacio digital? ¿Qué rol ocupa el deseo en la construcción de nuestra identidad en línea? Sobre estas y otras cuestiones en GenderIt.org conversamos con Florencia GoldsmanLicenciada en comunicación por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Periodista. Feminista. Investigadora independiente., integrante de la campaña Dominemos la tecnología. Una iniciativa que se reapropia de internet, explorando y estimulando el uso creativo de las tecnologías digitales para denunciar y eliminar la violencia de género en línea.

Florencia Flores Iborra: ¿Qué es la campaña Dominemos la tecnología?

Florencia Goldsman: La campaña Dominemos la tecnología surge en 2006 a partir de la idea de recuperar las tecnologías. En su nombre resuena el eco de las marchas “Recuperemos la noche”, donde las mujeres reivindicaban el espacio público y las calles como propias, especialmente en las noches cuando se las llamaba a permanecer dentro de sus casas porque el afuera no era seguro. Entonces, también invitamos a que recuperemos las tecnologías para las mujeres y para las personas LGBTI+ porque consideramos que los dos espacios tienen altos grados de hostilidad. A mi entender, lo interesante es que desde el principio, la campaña tuvo una veta divertida y creativa. No solo quedarnos en que somos violentadas, o excluidas o mostrar que nos están atacando para que no participemos, sino plantear bandera y decir acá estamos. Somos parte. Estamos creando, estamos usando las tecnologías de manera original, innovadora, subversiva. Es decir, poner el foco en todo lo que sí estamos haciendo, aunque muchas veces estamos invisibilizadas e intentar ampliar un poco la llegada de los temas de tecnología de manera más accesible y más amigable para la audiencia y la población. También damos talleres fuera de línea y participamos de charlas, conferencias y hacemos podcasts. En definitiva, estamos en la mayor parte de los lugares donde nos interesa ocupar y tener una voz. Así que la campaña es eso, algo que fue mutando, pero que siempre tuvo como ese espíritu crítico de las tecnologías y a la vez creativo.

Lo interesante es que desde el principio la campaña tuvo una veta divertida y creativa... Estamos creando, estamos usando las tecnologías de manera original, innovadora, subversiva.

FFI: En tiempos de cuarentena varias son las alternativas para generar encuentros que promuevan el deseo. Desde la campaña ¿han podido identificar alguna iniciativa que reivindique derechos desde el placer?

FG: Sí, claro. Hay muchísimas iniciativas que fueron naciendo, algunas las mencionamos con Señoras de internet podcastSeñoras de internet es un podcast ciberfeminista acerca de los futuros porvenires tecnológicos. Es, también, una invitación en formato de podcast a un té radial en el que se degustan las agridulces contradicciones del presente tecnopolítico. Con voces diversas y personajes que desafían los estereotipos de heroínas (de los que ya nos cansamos), este es un viaje sonoro que aporta claves para debatir la internet tal como la conocemos. Nos sirve bocadillos para comenzar a imaginar los aparatos, algoritmos y tecnologías que nos vuelan la peluca._, que creo que también es un lugar de placer, diversión y de información. Por eso tanto podcast que podemos tener a mano, como campañas que buscan transmitir que hacer sexting o intercambiar mensajes con fines de seducción no es un delito, todo lo contrario, es parte de nuestra sexualidad y es un derecho. Está la campaña de_ Coding Rights, las Cyborgfeministas de TEDIC Paraguay. El tema del sexting también lo abordaron Fundación Karisma y Acoso.Online. Cada vez más las organizaciones van tomando el tema de la sexualidad, además de analizar su expresión en internet o en los dispositivos en diferentes momentos y con maneras diversas.

Específicamente durante esta pandemia lo que he visto son algunas expresiones interesantes que son menos ambiciosas y que tienen que ver con algunas manifestaciones más personales. Por ejemplo, Juliana Castro Varón, es una colombiana que creó una página llamada Hope, que está automatizada y genera frases que se asocian con la esperanza. Entonces cada vez que se da doble click aparece una frase que azarosamente se combina con otra y que tiene como eje alentarnos, mientras que el mundo, dice Juliana se acaba.

Después hay otro sitio que me encanta y que se llama El oráculo de las capturas de pantalla. Se trata de un oráculo, pero con imágenes de películas que tienen frases de diálogos. Entonces vos hacés una pregunta y entrás a la página y te contesta con una imagen de una película que tiene alguna frase de un diálogo medio abstracto, la verdad, pero bueno, la idea es que eso te inspire para comparar tus respuestas. Y después otra que ví en estos días es una robota, que también tiene que ver con el placer y con el disfrute en internet denominada Circuit Futura. Es una robota que tuitea en inglés, español y portugués y que habla de las complicidades y de internet y de las redes de amigues. Y de cómo son necesarias cuestiones que tienen que ver con lo afectivo, con lo sensible, para poder organizarnos. Es un proyecto de Liliana Zaragoza Cano, Steffania Paola y Maggie Haughey. Estas son, si se quiere, iniciativas más poéticas, pero que creo que tienen un valor enorme.

FFI: ¿Por qué incorporar una mirada del sexteo o de la intervención en internet desde un lugar del deseo o del placer?

FG: Yo creo que estas identidades que vamos construyendo en internet se van volviendo muy importantes y cada vez más fundamentales para quienes somos. De hecho me está tocando trabajar con jóvenas, porque yo ya soy una Señora de internet y cada vez es más notorio que para quienes tienen, tenemos el privilegio de acceder a internet… ese yo digital que estamos construyendo necesita ser alimentado y mimado. Cuidado, decorado. Entonces ese yo digital precisa divertirse, ser seductor y atraer algunas miradas. Es un poco la lógica que se impuso en los últimos años. No creo que la lógica de internet en sus diferentes etapas haya sido la misma, pero sí me parece importante, más que criticar el tema, que por momentos parece una pose o de, al menos, una construcción muy estetizada de nuestros yoes digitales. También se lo puede pensar por el lado del divertimento y tal vez de conseguir la mirada a través de desafiar estereotipos o de desafiar lo esperable. Entonces, creo que en cuanto lo logramos, logramos atraer esas miradas o tener interacciones nuevas con nuevas personas o con personas que nos interesan. Creo que ahí hay una especie de deseo que está intentando satisfacerse. Lo que yo me cuestiono es si estamos todo el tiempo manejándonos con una lógica impuesta por estas plataformas del Norte global. Pienso que internet viene a darnos un lugar para que la exploremos, pero en muchos casos la respuesta que veo, suele ser bastante estereotipada. Una manera de mostrar que nuestra vida está buena y volvernos así deseables. Tal vez lo interesante sea encontrar perfiles más alternativos o que ni siquiera comuniquen con fotos, sino que comuniquen con imágenes, ilustración o mismo con audio. Me parece que una manera que te proponga como a decir bueno, cambiemos la forma en que se representa el deseo, lo deseable y volvámoslo un poco más codificado, pero no en el sentido de que las personas no lo pueden entender, sino que justamente como que la seducción sea un poco más velada y más seductora. A veces siento que en internet está, todo muy sobreexpuesto, demasiado explícito. Y claro las lógicas del deseo se van creando en base a lo dado y a lo masivo. Pero hay otras lógicas también de aquello que nos produce atención, o que nos seduce. Entonces, tenemos que salirnos de la cinta de producción en serie de deseo e ir buscando otras vueltas. Un buen ejemplo de esto es Acabar, un podcast sobre orgasmo femenino que conduce Melanie Tobal y que produce Posta para Spotify Studios. Este tipo de producciones me parecen super necesarias e interesantes, porque nos ayudan a pensarnos desde otro lugar. Tiene un montón de voces diferentes y diversas que generan ganas de escuchar y que estimulan al deseo sexual porque las mujeres o las personas que tenemos vulva, tenemos muy pocas posibilidades de hablar de nuestra sexualidad, explorarla, y que nos hablen de manera abierta, sin tabúes es genial. Y eso me parece un gran hit.

...tenemos que salirnos de la cinta de producción en serie de deseo e ir buscando otras vueltas

FFI: Recién mencionaste a la plataformas del Norte global, ¿qué heterónomas esconden?

FG: Yo creo que todo se resume en una mirada muy patriarcal de lo que es crear un espacio para que interactúen las personas. Donde nunca dan cuenta de sus decisiones ni comparten cuáles son las reglas de juego, cuáles son los términos y condiciones, por qué las personas están ahí y pueden usar un servicio sin que se les cobre nada. Cuando ese servicio se vuelve una plaza pública muy visitada y se debaten un montón de ideas y se disputan un montón de sentidos. O sea, me parece que esto de no explicar, yo últimamente lo asocio con la imagen de las cajas negras. Es decir, de que todo el tiempo la tecnología es una caja negra, Facebook, Twitter y las plataformas que usamos son impenetrables y no nos dan explicaciones y es indignante que eso sea algo que tenemos que aceptar, porque es así y punto. A mí me resuena mucho a los mensajes patriarcales: “acepta esto y no lo cuestiones, porque es así, y porque lo digo yo que soy varón. Y ya”. A mí me parece muy triste que estemos bajo esos regímenes, en los cuales supuestamente podemos compartir, interactuar, luchar. Sí, en cierta medida sí, pero estamos en el marco de plataformas que nos han dicho en la última década. “Esto es así, no lo cuestiones. Callate”. Hasta que bueno, sí claro con organización, presión política, presión social se han conseguido que las plataformas comiencen a establecer un diálogo. Por lo menos explicar por qué toman decisiones y cuáles son sus políticas, y hasta cómo armar servicios de atención. Porque la violencia de género y el discurso de odio es tan grande y está tan en aumento y ellos tienen tanto, tanto poder y dinero e influencia política que bueno, un poquito les toca explicar las cosas. Pero a mí me suena, como la historia de hombres contada por hombres muy poderosos, muy corruptos y muy dictadores. Entonces hasta el día de hoy seguimos viendo que la censura es súper selectiva y misógina. Y bueno, también están las jugarretas como de ser gay friendly o de decir Black Lives Matter. Y un montón de causas que en realidad vemos que son muy oportunistas, porque la verdad yo no he visto que durante la pandemia estas plataformas hayan anunciado alguna acción de ayuda, solidaria, financiera hacia algún grupo vulnerado, y realmente son el pez gordo en este momento, que se están comiendo todos los pececitos y el 80% de la interacción pasa por estas plataformas privativas. Entonces… ¿Cuál es la respuesta? ¿Cómo se reparte la torta? ¿Qué tipo de réplica están dando sobre su lugar en la sociedad? Y lo que yo vi durante esta pandemia es que siguen engordando sus arcas y proponiéndose como las plataformas de interacción para educar o comunicarnos. Entonces, nuestro deseo está bastante atravesado por formas de interacción que ponen estas plataformas que están todo el tiempo monetizando y monetizando nuestra vida, nuestro deseo, nuestros vínculos. Todo esto es muy desalentador porque seguimos presentes en estas plataformas y cuesta un montón pensar otras alternativas. Y nosotras como activistas tampoco podemos forzar ninguna transición y tenemos que permanecer también en ciertos lugares con los que no acordamos. Que sabemos que venden nuestros datos, que nos vigilan. Es todavía un dilema que no está resuelto y que tal vez lleva más tiempo para que cambie.

...nuestro deseo está bastante atravesado por formas de interacción que ponen estas plataformas que están todo el tiempo monetizando y monetizando nuestra vida, nuestro deseo, nuestros vínculos.

FFI: ¿Por qué el Status Quo de internet quiere controlar nuestros cuerpos, nuestra sexualidad?

FG: Muchas cuestiones se explican en continuidad con el Status Quo por fuera de internet. Si bien en la red se dan manifestaciones nuevas y diversas, también somos las personas las que estamos usando y ocupando internet. Por ende trasladamos al mundo digital nuestros autoritarismos, nuestras violencias y también en internet aparecen y se multiplican. Entonces, claro, en el espacio virtual se expande el deseo de controlar nuestros cuerpos. Yo creo que la privacidad es completamente política, de hecho está muy ligada con la sexualidad. La sexualidad tiene una gran parte que es privada y que necesita seguir siéndolo. Después, claro, al publicar una foto sexy o juguetear y seducir o sea sí, tiene que ser con ciertos cuidados, porque la sociedad patriarcal sigue existiendo y de hecho, los fundamentalismos también están en internet, cada vez más fuertes atacándonos. Entonces la sexualidad tiene que expresarse.

Entonces hay múltiples manifestaciones de lo que vemos offline, que lo vemos también online, pero a veces en línea se hace un poco más difuso. Si no estás como atrás de esos temas, realmente se te hace un poco más difuso tener una mirada más crítica y forma parte de nuestro trabajo decir bueno, intentemos simplificar un poco este debate, pero no por quitarle lo complejo, sino porque necesitamos que más personas lo tomen en serio y también esté en sus agendas. Entender que internet es un espacio tan real como todos los demás espacios en los que circulamos. Y muchas veces pienso en esta idea de que las llaves de tu casa no se las das a cualquiera. Cada tanto cerrás las cortinas o bajas las persianas. Es decir, tu espacio seguro con tus compañeras no lo haces en un bar y se sienta cualquiera a charlar con voz y con tus compas. No, no. Entonces tomemos internet como un lugar tan real como el fuera de línea y cuidémonos y cuidemos ese espacio. La expresión de nuestra sexualidad. La expresión de nuestros derechos. Pensemos los espacios que vamos a elegir para debatir. Seamos conscientes de cómo van a circular las informaciones, las fotos. Me parece que a veces se requiere una reflexión adicional que muchas veces no se hace. En general yo noto que hay una resistencia por parte de las personas y de las agrupaciones. Esta idea de “pero sí lo hacíamos súper fácil, directo en Facebook, directo en Skype.” Y esta es otra capa importantísima de tu agenda política: comunicarte. Pero lo que no se entiende es que en esa forma de comunicación te están atacando o estás contribuyendo con un proyecto como decíamos antes, con el que seguramente no te interese colaborar. Entonces yo creo que se requiere una reflexión adicional y que hay que hacerla atractiva y seductora para que la gente también se ponga en eso y diga bueno, vamos a ocuparnos de nuestras cuentas, de donde hacemos nuestras conferencias, de donde tenemos sexo por internet, Estoy convencida de que cada vez tiene más sentido intentar comprender cómo funciona internet y cómo podemos usarlo y expresarnos en lugares seguros.

Entonces tomemos internet como un lugar tan real como el fuera de línea y cuidémonos y cuidemos ese espacio. La expresión de nuestra sexualidad. La expresión de nuestros derechos.

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Nuestra autonomía y la de nuestros cuerpos también se disputa en la red. Por ello, es necesario multiplicar las luchas en internet. Desafiar los cánones establecidos, generar nuevas formas de comunicarnos y que contemplen además plataformas seguras. Comprender que el espacio virtual es un reflejo de la sociedad patriarcal es el primer paso… luego está en nosotras construir otros mundos posibles, y por qué no, también feministas.

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Si te interesó este artículo no dejes de escuchar Intersecciones, el podcast tecnopolítico de GenderIT.org. Un espacio sonoro donde se cruzan los efectos de la pandemia en los derechos digitales, desde una perspectiva feminista.

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