El salón donde se planificaría el Segundo Paro Internacional de Mujeres queda chico. Las mujeres, lesbianas, travestis y trans que se acercaron a la primera asamblea de la ciudad de Buenos Aires para organizar la huelga del 8 de marzo deciden trasladar la reunión a unos metros, donde hay un terreno amplio a cielo abierto. Los encuentros y abrazos se suceden a cada paso.

–Valeria, ella es Lorena– hace la presentación María tras saludarla, y consulta –¿No sé si se conocen?–

–¡Sí, de las redes!– contesta Valeria con certeza, mientras le sonríe a Lorena y caminan hacia la ronda de mujeres que se empieza a armar más adelante.

Los lazos virtuales no son menos concretos que las charlas cara a cara en las organizaciones. Hay que poner el cuerpo, pero también el like, el share, el hashtag y el posteo. El ciberactivismo y la presencia de cada una en las más de 50 asambleas abiertas que se realizan en Argentina tejen la misma red sorora.

Son las desigualdades las que nos hermanan en 57 países y cientos de ciudades de América, Europa, Asia y Oceanía, donde se llevarán a cabo acciones de protesta en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y es la tecnología la que permite la conexión global entre feministas. Así se conformó en octubre de 2016, a partir de la convocatoria a huelga de las polacas y la manifestación de las argentinas, el Paro Internacional de Mujeres (PIM), una articulación de colectivos que principalmente a través de su página de Facebook comparte las decisiones organizativas. A su vez, cada región y país tiene su perfil donde publica información de cara al paro.

Las agresiones y discriminaciones varían de acuerdo al contexto territorial, cultural, económico, social y político. Sin embargo, todas resultamos ser sujetos subalternos frente a los privilegios que el sistema patriarcal reproduce para los varones. Esta pluralidad se expresa en las reuniones organizativas realizadas en distintas localidades de manera horizontal: un método que el movimiento de mujeres utiliza desde hace 33 años en los Encuentros Nacionales de Mujeres. En ese ámbito se relevan las demandas específicas y se elaboran petitorios y documentos.

Con megáfono en mano y una intérprete de lenguaje de señas al lado, resuenan las historias de vida y de lucha. Lesbianas apresadas por besarse, estudiantes que piden justicia porque su profe fue asesinada tras defender a una alumna abusada, travestis que exigen basta de travesticidios, funcionarias públicas que apoyan el paro, trabajadoras que denuncian despidos masivos y un ajuste feroz del Gobierno, sordas sin acceso para denunciar la violencia, wichis que gritan ¡estamos viviendo un genocidio!, docentes que reclaman la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), madres que advierten sobre las desapariciones de sus hijas en redes de trata, amigas de pibas víctimas de femicidios que no las dejan caer en el olvido, miembros de la Campaña por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito que sostienen la batalla para que el Congreso debata un asunto de salud pública por el que mueren cientos de miles de mujeres pobres y el Estado esquiva de forma continua, entre otras trayectorias.

Cada relato emociona, indigna, genera tensiones y debates que trascienden la corporalidad de forma instantánea a través de las decenas de celulares cuyas cámaras apuntan a la oradora y multiplican su discurso en las plataformas digitales. No se trata de posteos aleatorios y dispersos, hay una intención mancomunada de visibilizar las violencias que sufrimos las mujeres.

Fotos y videos que atestiguan el ser parte del acontecimiento, como una toma de posición personal, aparecen en las storys de Instagram, videos en vivo de Facebook y transmisiones en directo con Periscope en Twitter. Las agrupaciones también cubren el evento con transmisiones audiovisuales y publicaciones minuto a minuto con las frases destacadas de las oradoras junto a: #8M, #Asamblea8M, #NosotrasParamos, #ParodeMujeres, #NosParamos, entre otros hashtags.

Cada relato emociona, indigna, genera tensiones y debates que trascienden la corporalidad de forma instantánea a través de las decenas de celulares cuyas cámaras apuntan a la oradora y multiplican su discurso en las plataformas digitales

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Además de las redes sociales, al interior de las organizaciones, se suman otras herramientas multimedia como documentos compartidos en Drive, grupos de Gmail y de WhatsApp para trabajar cuestiones más puntuales como definir tareas a realizar, pautar encuentros, proyectar acciones y generar contenidos. Estos últimos son tangibles, como remeras o panfletos, y digitales, como sitios web informativos o postales, entre una inmensa variedad de materiales virtuales.

Iniciativas creativas 2.0

Las prácticas online de mujeres e identidades feminizadas de diversas pertenencias políticas difunden y crean materiales relacionados a las demandas del amplio arco feminista que el 8 de marzo parará en contra de las desigualdades de género.

A través de flyers y eventos de Facebook se realizaron convocatorias para compartir actividades como por ejemplo un “picadito” de fútbol femenino en Santa Fe que promete ser “de película” (y cumple) porque después del partido proyectan un film. Ciclistas porteñas organizan una “bicicleteada” por la ciudad el 8M. Y en Tucumán invitan a “matear”.

En el conurbano bonaerense, varias asambleas crearon #Trenazo, una comunidad en Facebook para viajar acompañadas a la concentración en el centro de la capital.
Para vestir los perfiles de las redes sociales con diseños antipatriarcales, varios colectivos proveen postales, marcos para las fotos e imágenes para la portada, que se pueden descargar de forma gratuita. Aquí el kit gráfico de La Internacional Feministay el del Paro Internacional de Mujeres

El material visual predomina, desde dibujos de ilustradoras feministas, hasta los memes, gifts y videos, que recopilan escenas y consignas. Y, en menor proporción, también circulan piezas de comunicación sonora, como por ejemplo, los audios que abordan distintos temas –educación sexual, derecho a la tierra, desaparición y trata, diversidad– producidos por Radio Tierra Campesina en alianza con trabajadoras rurales (escuchalos acá).

Artistas inspiradas en la huelga de mujeres compartieron videos con sus canciones. Éstas en cuestión de días sumaron miles de reproducciones y llegaron a los medios de comunicación masivos: Natalia Oreiro con una reversión de Gilda interpreta “Marea feminista” y Mora Navarro publica un video donde, con una guitarra y a capella, canta “Libres” y convoca a todas a grabar un videoclip el día de la marcha.

Las agrupaciones Media Chicas y Economía Femini(s)ta lanzaron “Aquí estamos”, una plataforma web en la que podrán poner su ubicación desde donde se sumen al paro.
Otra iniciativa creativa es la de realizar una cobertura de prensa colaborativa. La Internacional Feminista invita a fotógrafas, diseñadoras, video realizadoras y redactoras a “sumar miradas y multiplicar voces”. Para ello publicó un manual digital con instrucciones que orientan el trabajo.

Todas las voces, una estrategia

En la diversidad de representaciones y flexibilidad de formatos, se resolvió una estrategia de comunicación para realizar de manera articulada entre las autoconvocadas, organizaciones y colectivos que participaron de la asamblea de CABA. La planificación consistió en establecer ejes temáticos en base a las demandas pronunciadas durante las reuniones, que son las mismas que se recopilan en el documento final. Despidos y ajuste, Estado represivo y violencia institucional, femicidios y travesticidios, violencia sexual, derecho al aborto, son algunas de las exigencias.

Así desde 10 días antes del paro y la manifestación –se marcha a las 17.30 de Plaza de Mayo hacia el Congreso–, se acordó utilizar Facebook y Twitter para viralizar producciones que apunten a dichos asuntos, uno en cada jornada para concentrar la fuerza en un tópico. No es casualidad que se eligieran estas redes sociales, “el movimiento de mujeres tiene mayor presencia en Facebook”, explica a Gender IT Claudia Laudano, profesora titular e investigadora especializada en Tics y feminismo en la Universidad Nacional de La Plata. “Ahora bien, no obstante los datos que marcan que existe mayor apropiación del feminismo de la plataforma Facebook, se vienen realizando desde el feminismo un conjunto de ciberacciones puntuales en Twitter, llamados tuitazos, que logran incidencia en ámbitos políticos y mediáticos”, aclara Laudano.

Incidir en la agenda pública, es decir, que las problemáticas que afectan principalmente a las mujeres e identidades feminizadas sean aquello de lo que se habla en lo cotidiano, es el objetivo

En este sentido, se definió qué hashtags se usarían en relación a cada eje temático – #8M, #NiUnaMenosSinTrabajo, #ElEstadoEsResponsable, #EmergenciaYa, #AbajoElPatriarcado, #AbortoLegalYa, entre otros. Considerando que en la medida en que una etiqueta se masifica entra en el trending topic de la red de microblogging. Esto no sólo llama la atención de los y las usuarios/as, también es un termómetro para los medios de comunicación hegemónicos de los temas más calientes, de qué se está hablando. Este tipo de ciberacción funciona como una vidriera, visibiliza las perspectivas y reclamos. Además, ejerce presión para que las grandes empresas de comunicación estén obligadas a levantar el tema y pueda llegar así a un público más amplio que no necesariamente usa redes sociales.

Incidir en la agenda pública, es decir, que las problemáticas que afectan principalmente a las mujeres e identidades feminizadas sean aquello de lo que se habla en lo cotidiano, es el objetivo. Se trata de un escenario de lucha política y simbólica que determina qué se considera relevante para la sociedad. Por eso vale la pena seguir activando en casa, en el trabajo, en las redes y en las calles, demostrando que, ¡si nosotras paramos, se para el mundo!

Ilustración Romina Ferrer @RoFerrerIlustra
Agradecimiento a PIM CABA

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