Entrevista con Firuzeh Shokooh Valle, de Puerto Rico, feminista, periodista, investigadora social y profesora universitaria.


Esta entrevista se basa en la disertación titulada “Soñando el futuro: Género, Tecnopolítica y Desarrollo” que presentó Firuzeh Shokooh Valle (@firuzehsv) para su titulación como doctora en Filosofía, con especialización en Sociología en la Northeastern University, Boston, Massachusetts, en 2017. En ella se refiere a la “mujer tecnológica del Tercer Mundo” como usuaria y potenciadora de tecnología y a su entrada a la economía del conocimiento, teniendo en cuenta las inequidades históricas, los modos colectivos de relacionarse con la tecnología y las dificultades que plantea el discurso del empresarismo en un marco de economía neoliberal. También cuestiona la manera en que los planes de desarrollo y el mercado cooptan y despolitizan los principios y valores feministas. Señala además que la violencia en línea contra las mujeres irrumpe para manifestar la supremacía del autoritarismo machista también en el ciberespacio.


GenderitES: En tu disertación expresás tu preocupación ante cierta insistencia de las agencias de desarrollo y de las empresas de tecnología también en la necesidad de que las mujeres de sectores pobres en el Sur global opten por el uso de tecnologías de información y comunicación como parte de su proyecto económico, para salir adelante y convertirse en emprendedoras exitosas.


Firuzeh Shokooh Valle: Noto que en el Sur global, la mirada de las agencias de desarrollo está puesta en una construcción que enfatiza que las mujeres pobres van a poder salir adelante con el conocimiento tecnológico y que sus esfuerzos servirán para que no sólo ellas alcancen bienestar económico, sino también sus familias, sus comunidades, e incluso su país. Mi preocupación es ver que en el armado de esta heroína tecnológica no se hace un análisis del poder que se maneja en el mundo de la tecnología. O sea, se enfatiza que la mujer pobre va a poder progresar por sí misma de la mano de la tecnología pero sin profundizar en otros factores que imponen condiciones y relaciones de poder que subyacen en las relaciones de género y tecnologías. En mi estudio decidí usar el término de “mujer tecnológica del Tercer Mundo”, aunque “Tercer Mundo” suene a una terminología en desuso y que incluso muchos consideran peyorativa, pero lo hago porque creo que todavía retrata unas dinámicas de poder y de desigualdad que aún existen. Esta mujer a la que me refiero está inserta en el paradigma de desigualdad ya conocido, pero lo interesante es que si bien antes ella era representada como víctima de un sistema de desarrollo desigual, ahora es destacada en un discurso que se refiere a ella como “heroína”, lo cual también es problemático.


GenderitES: ¿O sea que el uso de las tecnologías de información y comunicación se convertiría en un mandato más que la mujer debe cumplir para ser valorada socialmente y en la economía?


FSV: Tener espíritu emprendedor se ha convertido en una solución mágica para resolver la inequidad económica. Es una estrategia problemática, ya sea como estrategia del Estado o de las corporaciones, porque está aislada de los problemas y de los contextos que crean desigualdades. Se responsabiliza a la persona individual por su bienestar económico. Debemos olvidarnos del rol del Estado, de la existencia de injusticias sociales, de la misoginia enraizada en nuestras sociedades. Todo el peso de la responsabilidad de salir adelante económicamente y tener éxito social cae en la persona. Ella es la que debe resolver su problema económico por sí sola. Parte de la política neoliberal es que la persona individual es responsable y resulta central en lograr su propio bienestar y ascenso económico. Y esta exigencia crea una carga de expectativas, esperanzas y proyecciones de futuro difíciles de sobrellevar si el éxito tarda en llegar o no se alcanza. Por ejemplo, ya existen estudios como los de Ananya Roy, profesora de Urbanismo y Desarrollo Internacional en la Escuela de Políticas Públicas Luskin, Universidad de California (Los Angeles), sobre las críticas a los programas de microfinanciamiento, que crean mucha carga sobre las mujeres y que, en algunos casos, resultan en suicidios ante la imposibilidad de pagar las cuotas de estos préstamos1. Cuando se promueve al empresarismo como solución a todos los males de la gente pobre, ¿cómo se explican estos suicidios? Ya lo vimos en programas anteriores de las agendas de desarrollo en los que se señalaba que las mujeres son una agente primordial de las políticas de desarrollo económico en los sectores pobres porque ellas son las “responsables”, las “buenas”, las “sacrificadas”, las que “dan todo por sus hijos, por sus familias”. Mientras tanto, el hombre queda fuera de estos discursos, como si de alguna manera su ausencia fuera esperada y se prefiriera esta visión de la mujer heroína. Estos problemas de inequidad económica y social que se supone que la mujer tecnológica va a solucionar son problemas que muchas veces estas mismas instituciones no cuestionan ni buscan cambiar a fondo. Se abstienen de denunciar las condiciones pre-existentes de injusticia de género y de subordinación de las mujeres a un orden patriarcal, como tampoco hablan de injusticia económica distributiva, sino que alientan la fantasía de que con un teléfono móvil, una tableta o una computadora en la mano, las mujeres van a salir adelante sin más. Toda la posibilidad de éxito se centra en esta mujer mágica suspendida en el mundo. En este marco, por tan sacrificadas y responsables, las mujeres pueden llegar a decisiones extremas cuando no logran cumplir con las metas y expectativas impuestas.


Se abstienen de denunciar las condiciones pre-existentes de injusticia de género y de subordinación de las mujeres a un orden patriarcal, como tampoco hablan de injusticia económica distributiva, sino que alientan la fantasía de que con un teléfono móvil, una tableta o una computadora en la mano, las mujeres van a salir adelante sin más


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GenderitEs: También en tu disertación señalás que estas mismas agencias y corporaciones cooptan la terminología feminista, de liberación de las mujeres, de empoderamiento con la apropiación de las tecnologías, para adaptar sus significados a sus propias políticas e intereses...


FZV: Estas agencias del poder económico, de los organismos internacionales, de los bancos de cooperación, pueden absorber y reciclar casi todo. Esta apropiación de las ideas y conceptos que tuvieron raíces políticas muy radicales como empoderamiento y agencia lleva a quitarle poder político a estos términos. Se produce un vaciamiento de contenidos de conceptos e ideas claves. Esto resulta problemático y peligroso porque en algún momento hay que comenzar a luchar contra algo que el propio movimiento de mujeres proponía y eso crea controversia y confunde. Es muy paradójico. Haciendo un análisis del discurso por ejemplo, vemos que se deja de hablar de las mujeres como usuarias de tecnologías para pasar a resaltar su rol como diseñadoras y productoras. Suena fantástico, pero ¿con qué propósito se realiza ese cambio de perspectiva? ¿Es por un reconocimiento a las luchas de las mujeres, a la perspectiva feminista en relación a la apropiación de la tecnología? ¿ Se piensa en la autonomía de las mujeres, en sus derechos digitales, en seguir trabajando por una sociedad de iguales tanto en línea como fuera de línea? ¿O solo se trata de medir la inserción de las mujeres en el mercado de las TIC sin tener en cuenta otros valores? Cuando vemos que en los papers de las corporaciones comienza a aparecer este lenguaje, debemos pensar que ya lo están vaciando de sus raíces políticas y transformadoras. No se trata de un uso ingenuo, hasta diría que es un uso deshonesto.


En la experiencia que tuve conviviendo con las ingenieras jóvenes en Sulá Batsú, en Costa Rica, comencé a comprender discursos y prácticas del empresarismo desde otra óptica. Estas mujeres practican una filosofía sobre el empresarismo que doblega los preconceptos neoliberales y permite la visión de otras posibilidades. Ellas ven al empresarismo tecnológico como algo que se practica de modo colectivo, teniendo en cuenta las relaciones humanas y la solidaridad. Las relaciones se basan en el respeto, en la honestidad profesional. No le hacen caso al discurso basado en el individualismo egoísta y la competencia que hace pensar que no se puede perder el tiempo ayudando a la compañera, que la que falla tiene que irse. Lo que importa es crear comunidad y avanzar juntas.


Ellas ven al empresarismo tecnológico como algo que se practica de modo colectivo, teniendo en cuenta las relaciones humanas y la solidaridad. Las relaciones se basan en el respeto, en la honestidad profesional


GenderitEs: En tu visión sobre la violencia contra las mujeres en internet y en las redes sociales tenés en cuenta violencias pre-existentes y otras muy actuales, que incluyen otros entramados y agendas escondidas. ¿Crees que es posible enfrentar la violencia en internet?


FSV: Creo que la cuestión de la violencia en línea es parte intrínseca de la sociedad conectada. ¿Somos todos iguales online? Las inequidades históricas se reflejan en la violencia en línea. En este sentido creo que el Programa de Mujeres de APC ha sido pionero en el análisis tomando en cuenta lo histórico, el peso del colonialismo, el sistema patriarcal, el discurso corporativo. Debemos cuestionar y desafiar a los sistemas construidos sobre la desigualdad. Encarar los temas con una perspectiva del sur, una perspectiva de-colonial, es mucho más abarcador y complejo. Hay que ubicar a la violencia en internet y con el uso de tecnologías, en un contexto de regiones, de países, de comunidades que históricamente han vivido una serie de violencias permanentes. Estas violencias toman manifestaciones distintas, pero no son nuevas. Son parte de un sistema de violencia. Este análisis es fundamental. Debemos señalar que la violencia es parte de un entramado, histórico, social, político, además de ser parte del desarrollo de las nuevas tecnologías. En este sentido, es singular que las mujeres—y esto es precisamente lo que están haciendo muchas activistas feministas en América Latina—hablemos y nos apropiemos del cuerpo, de la intimidad, de la privacidad, y también de la solidaridad y de los modos colectivos de relacionarse con las tecnologías. Una manera de expresar resistencia es trabajar la tecnología asumiendo historias personales y colectivas, marcando los contextos. En la resistencia, las mujeres juntas se construyen de muchas maneras: son contestatarias y salen de los límites que querrían marcarles las narrativas dominantes.

1. Roy, Ananya. 2010. Poverty Capital: Microfinance and the Making of Development. New York: Routledge y Roy, Ananya. 2012a. “Subjects of Risk: Technologies of Gender in the Making of Millennial Modernity.” Public Culture 24(1 66):131–55.

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