Uno de los principales reclamos de las mujeres durante los debates de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) estuvieron centrados en la necesidad de que más mujeres participen en las decisiones en torno al desarrollo de internet y en la discusión e implementación de políticas públicas que apunten a la construcción de una sociedad de la información inclusiva, sin discriminaciones de género ni de ninguna otra índole.


En un artículo de la CMSI sobre los logros obtenidos por las mujeres activistas durante ambas fases de la Cumbre, la investigadora malaya Jac SM Kee recoge el fruto del fuerte lobby ejercido por el Caucus de Género y por la coalición informal de ONGs, el Grupo de Trabajo sobre Estrategias de Género. La labor desplegada en las sesiones de la cumbre, en conversaciones individuales con delegaciones oficiales y en largas discusiones que no conocían horario con asesores y referentes, llevó a que en los documentos finales quedara plasmado el esfuerzo de las activistas en párrafos completos de la Declaración de Principios y Plan de Acción de Ginebra y en el Compromiso y la Agenda de Túnez.


Diez años después de este arduo proceso, resulta interesante considerar las preguntas que Kee se hace al final de su artículo: “¿puede una oración aquí o allá cambiar los considerables obstáculos y complejos desafíos que implica la disparadidad de género en el tejido de la así llamada sociedad de la información? ¿Puede reducirse la transformación de las relaciones sociales a disputas sobre un texto o a agregar o remover paréntesis?”


En América Latina y el Caribe también hubo discusiones fuertes en torno a los planes gubernamentales sobre sociedad de la información conocidos como eLAC que desde 2005 guían la acción mancomunada de los gobiernos de la región para implementar una sociedad de la información en la región que facilite su desarrollo ecónomico y su integración a mercados y sociedades globalizadas.


En primer lugar, la sociedad civil debió esforzarse en su acción de cabildeo y de defensa y promoción de sus derechos en la sociedad de la información para que se la considerara como interlocutora válida en un espacio que precisaba ser de trabajo y discusión multisectoriales para obtener una verdadera inserción en la región. Luego, desde el activismo de las mujeres también se planteó permear la perspectiva de género en los planes de acción y en la toma de decisiones para lograr equidad e igualdad de oportunidades para las mujeres en la construcción de una sociedad de la información que resultara inclusiva y democratizadora también de las relaciones de género.


El Grupo de Trabajo de Género que se creó en la II Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información, en El Salvador en 2008, y que fue confirmado en la III Conferencia Ministerial en Lima, en 2010, consolidó en estos años de labor una presencia y contribuciones concretas en reuniones y seminarios, en investigaciones sobre cuestiones de género y campo laboral de las tecnologías en la región y también en textos aprobados en otras conferencias, como la XI Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe. Junto a las delegaciones gubernamentales se aportó para que en el texto del Consenso de Brasilia se dedicara una sección completa a la implementación de políticas públicas transformadoras para lograr un mayor acceso de las mujeres al uso y apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación, con énfasis en la inclusión de mujeres rurales e indígenas.


Pero, como se pregunta Kee, ¿hay que contentarse conque se incluya el tema en declaraciones y planes de acción? Esto no es suficiente para lograr las transformaciones necesarias en las relaciones de género en la sociedad de la información. Es importante considerar el creciente número de mujeres que participan de los procesos de discusión sobre sociedad de la información, como el Foro de Gobernanza de Internet, ya no como oyentes o participantes silenciosas, sino teniendo presencia y palabra en paneles, sesiones plenarias y grupos de discusión.


En un estudio realizado por Dipló Foundation sobre la participación de las mujeres en los Foros de Gobernanza de Internet desde 2006, cuando se realizó el primero, hasta la fecha se sostiene que a pesar de que en sus comienzos los FGI tuvieron una participación masculina notoriamente superior a la de las mujeres, “a medida que el FGI madura, sale a la luz una notoria tendencia hacia el equilibrio de género”.


En 2006, el 21,98% de los participantes fueron mujeres, mientras que en 2012 esta cifra llegó al 35,20% de la concurrencia. Pero no sólo aumentó la presencia de mujeres, sino también su participación como panelistas, o en la moderación de sesiones y grupos de trabajo. De un 14.48% de mujeres que desempeñaron estos roles en 2006, en 2012 este porcentaje pasó al 33,39%. O sea, que hay más mujeres que emiten una voz autorizada para expresarse y opinar sobre el desarrollo de la sociedad de la información en sus distintos aspectos.


Hilando más fino, Dipló Foundation hace un recuento de la cantidad de palabras pronunciadas por hombres y mujeres en las sesiones de los FGI. Hasta 2010, los hombres hablaban más, pero en los dos últimos años, hombres y mujeres están casi equiparados. . Si bien todavía son menos las mujeres que participan con ponencias, en proporción hablan más. Pasaron así de un 62/38 en favor de los hombres en 2006 a casi un equilibrio de 52/48 en 2012. La apropiación de la palabra por parte de las mujeres evidencia cambios en las relaciones de género, resultando en que tanto las palabras pronunciadas por mujeres como por hombres son reconocidas y escuchadas.


Pero no sólo en los foros va creciendo la participación de las mujeres. También en los espacios como el ICANN más mujeres comienzan a participar de las discusiones y a hacerse cargo de las áreas de coordinación. Fatima Cambronero, abogada y directora de Ageia Densi, señaló en una entrevista para 25 años de la sociedad de la información en ALC que “cada vez hay más mujeres técnicas y con capacidad de liderazgo en el ámbito de ICANN. Cuando las mujeres asumen el liderazgo en este tipo de organizaciones, suelen ser muy fuertes y ordenadas en lo que hacen, por lo cual se las respeta”. ICANN otorga fellowships para facilitar la participación en los procesos y siempre tiene en cuenta a mujeres como candidatas, lo cual abre oportunidades interesantes para muchas mujeres que de otra manera nunca podrían participar de estas reuniones.


En las actividades de los pre-FGI latinoamericanos también se nota una presencia cada vez mayor de mujeres, que también toman protagonismo conduciendo sesiones, moderando grupos de trabajo o presentando ponencias. Al respecto, la ingeniera argentina Olga Cavalli, experta en temas de gobernanza de internet y delegada oficial de su país en reuniones internacionales sobre el tema, al ser entrevistadaconsideró que todavía se espera “una política activa de los gobiernos para la inclusión de las mujeres en el campo de las TIC, promoviendo, por ejemplo, determinadas carreras técnicas para atraer a las alumnas”. Para Cavalli, la ingeniería ofrece grandes oportunidades de trabajo para las mujeres, con alcance internacional. Agregó que “está demostrado que la diversidad en los grupos de trabajo, hombres, mujeres y gente de diversas edades, genera un mejor producto y es mejor para el cliente. En América Latina esto tiene que aprenderse todavía”.

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