“Cuando quiero hacer una búsqueda en internet poniendo la palabra “sexo” en una de las herramientas de búsqueda de mayor uso en el mundo, el sistema me responde “no hay acceso a esa información”, señaló una delegada de una ONG de la India luego de las presentaciones en el panel sobre “Libertad de expresión en internet: amenazas a la actual arquitectura de internet que socava los derechos a la comunicación y a la información de la ciudadanía”.


“Si utilizo otro de los buscadores más conocidos”, continuó la delegada, “el listado de sitios que se despliega me lleva a páginas web cargadas de moralismo y de una visión restrictiva de la sexualidad. ¿Quién decide estas restricciones? ¿Es el gobierno, es la empresa dueña del buscador, son los que ofrecen servicios de internet? ¿Por qué no puedo tener derecho a la información en internet?”, se preguntó.


Para las que venimos de países donde la legislación impide la censura previa y exige que haya una intervención judicial si se quiere impedir que algún contenido circule en internet, nos resulta extraño escuchar estos tipos de relatos que son cotidianos para millones de usuarios y usuarias de internet en muchos países del mundo. Pareciera ser que hay muchas instancias a las que no les hace mella asumir el rol de “censores” de la información en el ciberespacio y deciden qué contenidos tienen vía libre y cuales no sin consultar a nadie ni tener en cuenta las necesidades ni los intereses de la población.


Las corporaciones de comunicación se disculpan diciendo que a ellas les corresponde atenerse a las leyes que existen en el país, pero ¿qué pasa si las leyes son injustas? ¿están las corporaciones dispuestas a aceptar las consecuencias si confrontan? A esta altura, nadie cree que las empresas puedan lavarse las manos en temas de violación de derechos fundamentales. Es probable que haya mucho que discutir sobre responsabilidad empresaria entonces, dada la cantidad de cuestionamientos que la ciudadania está poniendo sobre la mesa. Se trata de un tema complejo, que seguramente también precisa de una solución compleja.


Por ello es importante que sigamos trabajando desde las bases para denunciar y hacer frente a todo tipo de censura. En el movimiento de mujeres hay mucha experiencia acumulada y ya es momento que las cuestiones de los derechos a la comunicación en internet comiencen a ser una parte importante de la agenda de trabajo. Como sabemos, los derechos a la comunicación habilitan el ejercicio de otros derechos. Informarnos, intercambiar en las redes, dar a conocer nuestras opiniones en los blogs, los foros virtuales, Youtube y las redes sociales es tan importante y puede ser tan influyente como hacerlo por radio, prensa escrita o televisión. Es fundamental sostener estos derechos tanto en el mundo real como en el virtual.

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