Photo by Xonorika Kira

 

Históricamente y a escala global, los mecanismos del cis suprematismo han funcionado para occidentalizar cuerpos y conocimientos, en tanto se instalan regulaciones que refuerzan prácticas de dominación patriarcal de subalternización global, como la utilización de cuerpos tradicionalmente femeninos, de las mujeres cisgénero para el consumo y la sociabilidad, como moneda de transacción, o dispositivo de mitigación de disputas de avance de fuerzas coloniales, como lo ha sido en los casos de sociedades indígenas en las regiones latinoamericanas, y en terrioritorios asiáticos, y para apagar expresiones no binarias de género preexistentes en territorios y sociedades de la actual ‘‘Latinoamérica’’ mediante la instalación de dispositivos disciplinatorios a los no blancos. 

Actualmente, las personas trans, género diversas e intersex globalmente atraviesan experiencias marcadas por los poderes coloniales, que hoy han mutado sus formas. Para la activista, psicóloga y epistemóloga travesti argentina Marlene Wayar, esto se traduce en lo que ella llama el ‘‘genocidio trans’’, un proceso de aniquilación de las subjetividades trans, por efectos del aislamiento jurídico, la patologización médica, y la demonización religiosa; estos tres pilares en triangulación, han influído materialmente en la injusticia económica y, en consecuencia, la precarización de las vidas trans que es adyacente al efecto dominante del fundamentalismo cisgénero y lo que se podría denominar como el proyecto de ciscolonialidad necropolítica

A diferencia de los movimientos cis LGB, el movimiento trans es un movimiento de lucha de clases, que aún trabaja por la reducción global de los efectos de la pobreza. La pobreza como efecto colateral de un legado colonialista actúa como filtro que regula las condiciones de movilidad social, intergeneracional e interidentitariamente. En consecuencia, el acceso constituye una entrada a la justicia económica, lo que permite generar distancia con los condicionamientos necropolíticos de restricción de agencia en bases de género, raza y orientación sexual en el capitalismo. Siguiendo las palabras de Rasheeda Phillips, artista, organizadora política basada en Estados Unidos; y miembra del colectivo Black Quantum Futurism, para avanzar hacia la libertad, debemos conocer las condiciones del confinamiento, así como la creación de estrategias para subvertir estas consecuencias que enmarcan el tiempo.

Ante esta vorágine, cómo podemos imaginar el futuro, predecirlo y enunciarlo desde nuestras alianzas trans-eco & tecnofeministas? Cómo podemos articular un presente en el cual nuestras alianzas se fortalezcan para juntes construir cimientos que faciliten la igualdad de accesos, oportunidades e integrar intencionalmente a  aquellos cuerpos que históricamente han sido subsumidos por la colonialidad? ¿Cómo conectamos nuestros movimientos? ¿Cómo colaboramos a ubicar en el centro a las voces trans, para llevarlas al siguiente nivel? 

En este mes de la remembranza trans, GenderIT honra los aportes de las poblaciones trans para escribir su presente. Esta edición comprende la fusión entre multiversos que coexisten entre poblaciones trans, a lo largo del Sur Global Latinoamericano, también conocido por los pueblos originarios de Kuna como Abya Yala. Desde las artes visuales a la ciencia política, esta colección de textos mapea y resalta buenas prácticas, integrando perspectivas sobre personas trans y género diversas en Latinoamérica que involucran a la tecnología como herramienta de emancipación política, autonomía y autodeterminación. Las soluciones a nuestros problemas son multilaterales, las posibilidades no se encuentran en una línea recta, por lo cuál es vital conectar y permitir múltiples perspectivas.

En el texto inaugural, Ventura Profana, artista y escritora brasileña, narra un manifiesto afrofuturista ‘‘Teología de la Transmutación’’, que involucra trans epistemología y estudios de teología para examinar los legados coloniales y coreografías históricas de la matriz suprematista blanca; Ventura explora la histórica instrumentalización del cristianismo como un dispositivo de manutención de la blanquitud. En su práctica artística, involucrando el collage digital y nuevos medios, ensaya poéticamente la potencia y tecnología de prosperidad de los mundos afrotravestis.

  • Sol Ámbar Sánchez Latorre, socióloga, escritora y activista, escribe sobre los avances de procesos juridiciales en Colombia, y sobre el alcance de las comunicaciones y medios digitales para la movilización política de las personas trans, travestis y no binaries; el texto cuestiona los locales de representación y expone las formas en la que la violencia es replicada.

  • Ari Vera Morales, activista trans mexicana y miembra del consejo de ILGA Mundo, narra  los procesos de construcción de capacidades para facilitar la inclusión laboral y tecnoloógica de personas trans y género diversas en México, y cómo las compañías transnacionales han constituído alianzas para ofrecer caminos claros orientados a la autonomía financiera y educación en herramientas digitales.

  • Vita Evangelista, artista no binarie de nuevos medios, ensaya una reflexión poética sobre la geolocalización, la ciudad de São Paulo y su experiencia como migrante. Este ensayo parcialmente autoetnográfico, desplegado entre la teoría del arte y teoría queer, explora los micro-escenarios del capitalismo tardío Paulista como síntomas asuntos políticos de escala regional.

  • Finalmente, Tatiana Buelvas Valdiris, consultora experta de Diversidad, Equidad e Inclusión, escribe desde la perspectiva de las alianzas cis-trans, y cómo las organizaciones de sociedad civil, el sector privado y la academia, pueden establecer conecciones para facilitar la inclusión laboral y el liderazgo. 

La construcción de infraestructuras socioeconómicas y el desarrollo de la agencia comunal son posibles siempre que participemos en conversaciones feministas. Para activar temporalidades prósperas e imaginar el futuro, tenemos que ser capaces de renderizar el tiempo presente y construirlo en alianzas, lo que se traduce en el cuidado, el desarrollo de capacidades y la creación intencional de caminos profesionales comprometidos con  la diversidad. La tecnología es el camino.

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