En el Reino Unido, un concejal conservador pidió a través de su cuenta de twitter que una columnista de izquierda sea lapidada hasta la muerte. La columnista, una mujer musulmana de izquierda de origen indio, había recibido amenazas de muerte. El concejal alegba que su mensaje era una broma y admitía que había sido de mal gusto. Fue suspendido del Partido Tory.


Pero la pregunta es ¿esto fue un delito? ¿su mensaje puso realmente la vida de la columnista en peligro?


Hubo otro caso similar, cuando un viajero furioso se enteró que habían cancelado su vuelo por porque el aeropuerto había cerrado, escribió: “Tienen poco más de una semana para arreglar las cosas si no vuelo el aeropuerto” y recibió una condena penal por la broma. El juez sostuvo que él debería haber sabido que podía ser tomado en serio.


Esto, para mí, plantea una serie de preguntas sobre el derecho a la privacidad y la libertad de expresión.


En primer lugar, la principal diferencia entre ambos es que el primer caso involucra figuras públicas, mientras el segundo a un contador de 27 años de edad. Pero incluso entonces, lo que Gareth Compton, el concejal dijo era burdo y de mal gusto pero ¿fue una base real para el miedo o la amenaza? La discusión entre sus defensores (de todos los lados del espectro político) ha sido que obviamente era una broma y no debería haber sido tomada en serio. No estoy tan segura. Ciertamente creo que había cosas para responder - hasta el punto de que la columnista retiró los cargos. La razón no es lo que dijo pero si el contexto en que lo dijo. Él es una figura pública. Ella ya recibió amenazas de muerte en el pasado.


En el segundo caso, yo pensaría que al juez le debería haber sido más difícil la defensa de la condena penal. No se ha informado si la cuenta de twitter era pública. Si no, se trataba de una broma privada entre amigos. No estaba en el aeropuerto. Era evidente que debido a la frustración personal. Y si la cuenta era pública, la pregunta es ¿quién es este tipo? ¿tiene fama mundial en twitter? ¿cientos de personas van a leerlo? ¿O solo lo habrían hecho algunos funcionarios paranoicos de seguridad? Si hubiera hecho la broma y hubiera sido visto comprando grandes cantidades de fertilizantes, ahí hubieran tenido un caso.


Hablar de volar un aeropuerto estando en un aeropuerto supone una condena potencial. Pero fuera de eso ¿es necesario que haya cierto equilibrio?


Esta es un área donde las normas legislativas están evolucionando pero es evidente que existe necesidad de mayor debate sobre los límites entre la privacidad y la libertad de expresión y lo que constituye un comentario privado y la opinión pública.


When is a joke not a joke?

Sonia Randhawa


In the UK, a Conservative councillor called for a left-wing columnist to be stoned to death on his Twitter account. The columnist, a left-wing Muslim woman of Indian descent, had previously received death threats. The councillor says that his tweet was a joke, admitting that it was in bad taste. He was suspended from the Tory party.


But the question is, was this a criminal act? Was his tweet really putting the columnist's life in danger?


There was a similar case, when an irate traveller found that a nearby airport had been closed, and his flight cancelled - he wrote “You've got a week and a bit to get your shit together otherwise I'm blowing the airport sky high!!”, and received a criminal conviction for the joke. The judge contended that he should have known it might be taken seriously.


This, for me, raises a number of questions about the right to privacyi and freedom of expressioni.


First, the major difference between the two is that the first involved public figures, the second a 27-year-old accountant. But even then, what Gareth Compton, the councillor said was crass and in bad taste, but was it a real basis for fear or threat? The contention among his defenders (from all sides of the political spectrum) has been that it was obviously a joke, and should not have been taken seriously. I'm not so sure. I certainly think he had a case to answer - up to the point where the columnist dropped charges. The reason is not because of what he said, but the context in which it was said. He is a public figure. She has received death threats in the past.


On the second instance, I would have thought the judge should have had a much harder time upholding the criminal conviction. It hasn't been reported whether or not the Twitter account was public. If not, this was a private joke between friends. It wasn't at the airport. It was obviously due to personal frustration. And if it was public, the question is, really, who is this guy? Is he a world-famous tweeter? Are hundreds going to read him? Or would it have just been a few paranoid security officials? If he'd made the joke, and been seen buying vast quantities of fertiliser, there might be a case.


Talking about blowing up an airport in an airport carries a potential conviction. But surely outside that, there needs to be some balance?


This is an area where legislative standards are evolving, but there is obviously a need for greater debate on the bounds between privacy and freedom of expression, and what constitutes private comment and public opinion.

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