Veinte años después de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (DPAB) y de la elaboración específica de la Sección J que tiene como objetivo las mujeres y los medios de comunicación, la plataforma aún destaca la importancia de abordar, en particular, el impacto de las tecnologías de información y comunicación (TIC) como fuente de empoderamiento e impedimento en el ejercicio de los derechos de las mujeres. Por un lado, las mujeres de todo el mundo usan internet como medio para compartir experiencias y organizarse contra la opresión; por otro lado, también han descubierto que esas mismas tecnologías, acompañadas de prácticas discriminatorias y violencia contra las mujeres (VCM), se utilizan para violar los derechos humanos.


Desde 2005, la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), en colaboración con organizaciones locales de América Latina, Asia, América del Norte, Europa y África, han llamado la atención sobre la necesidad de empoderar a las mujeres como usuarias de TIC en contra de los estereotipos negativos, la violencia, la impunidad y las violaciones de los derechos humanos. Como resultado, APC ha tenido un papel activo en la apertura del diálogo para discutir las maneras en que la Sección J apoya y obstaculiza a las mujeres en su relación con las TIC. Sus áreas de intervención incluyen actividades que promueven el género y la incidencia en políticas de TIC, el trabajo contra violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, el desarrollo e implementación de evaluaciones de género e investigación en TIC, y entrenamiento y capacitación sobre TIC y el desarrollo de los principios feministas para internet.


La Sección J de la DPAB sobre mujeres y medios de comunicación refleja estas preocupaciones y proporciona un espacio para que la sociedad civil pueda exigir cambios a los gobiernos y a quienes detentan responsabilidad política respecto de imágenes y estereotipos que limitan el acceso de las mujeres a la igualdad y la justicia.


Dando seguimiento a sus intervenciones anteriores de incidencia en torno a la Sección J, APC envió varias representantes del Programa de derechos de las mujeres (1) a la 59ª sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por su sigla en inglés) (2), mientras que GenderIT.org y ¡Dominemos la tecnología! organizaron una campaña en línea para crear conciencia en torno a la Sección J y trabajar hacia una internet feminista. Es importante destacar que este abordaje en línea/fuera de línea de la conciencia pública está directamente relacionado con los diferentes ámbitos protegidos por la Sección J, de la misma manera que los derechos de las mujeres respecto del uso de las TIC se negocian tanto en entornos virtuales como “desconectados”. El objetivo principal fue brindar medidas concretas sobre la necesidad de que organizaciones y activistas por los derechos de las mujeres presten más atención a la relación entre género y tecnología. Además, esta colaboración desembocó en la elaboración de un documento de referencia que exploró las 10 formas en que la tecnología se vincula directamente a la promoción de la Sección J. Entrevistamos a Jennifer Radloff y Sara Baker, del Programa de derechos de las mujeres de APC.


Bianca Baldo: ¿Sigue siendo importante la Sección J a la luz de los objetivos estratégicos establecidos en la 59ª sesión de la CSW?


Jennifer Radloff: Sí, sigue siendo muy importante ya que ha logrado influir en la Plataforma de Acción de Beijing (PAB) con relación al tema de los medios de comunicación y las TIC, como parte del movimiento de los derechos de comunicación feministas. La Sección J también lo es como fundamento de todos los demás sectores de la PAB y sus logros.


Durante uno de los paneles de alto nivel a los que asistí sólo una de las cuatro panelistas, del sector de las organizaciones no gubernamentales, hizo la conexión entre las TIC, la vigilancia de los gobiernos, las invasiones de privacidad por parte de actores no estatales y el altísimo nivel de violencia contra las mujeres en línea. El documento final del panel fue ampliamente criticado por no tomar medidas a futuro y por ser regresivo respecto de la protección de la Sección J.


"Nuestro activismo es inoperante sin una Sección J fuerte que amplifique las voces de las mujeres y promueva lo que documentamos. No podemos quejarnos de no ser escuchadas si no reclamamos las tecnologías y damos forma a maneras feministas de apropiación de las TIC para que nuestras voces, situaciones y realidades vividas sean vistas y oídas". – Jennifer Radloff


Sara Baker: La Sección J sigue siendo útil para la campaña ¡Dominemos la tecnología! porque trabajamos para promover el acceso de las mujeres y su participación en el desarrollo de las TIC. Además, la campaña previene contra la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología y responde a ella, sobre todo la violencia en línea que limita la libertad de expresión de las mujeres. En esta situación, las mujeres no desean participar en la creación de medios de comunicación – ya sea medios masivos, alternativos o sociales – y la decisión de desafiar las normas culturales y los estereotipos a menudo puede resultar en violencia de género.


BB: ¿Cuáles fueron los avances reales de la 59ª sesión de la CSW en cuanto a la re-priorización de la Sección J?


JR: En mi opinión no hubo avances en cuanto al documento de resultados, aparte de la mención de los estereotipos de las mujeres en los medios y el acoso en línea a las mujeres. El verdadero avance fue un aumento considerable de reuniones de alto nivel y eventos paralelos que analizaron la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, el discurso de odio y la misoginia.


SB: Mi contribución a este proceso fue principalmente en torno a nuestro trabajo en línea, donde vi un mayor interés e intercambio en cuanto a la idea de una internet feminista. Después de que Jac sm Kee, directora del Programa de derechos de las mujeres de APC, introdujera los principios de una internet feminista, inmediatamente apoyamos esta acción con una avalancha de tuits. Esto puso en el tapete de la CSW la pregunta “¿Cómo sería una internet feminista?”. En base a lo que vi en línea, cada vez más la gente hace la conexión entre la Sección J y otros temas de los derechos de las mujeres.


BB: ¿Cuáles son los retos de ser una feminista en espacios como la CSW, dados todos los reclamos y la rabia que se expresó en relación con el grupo de trabajo este año? ¿Nos "quedamos en casa" si sentimos que los gobiernos no están escuchando?


JR: No, no podemos quedarnos en casa, pero tenemos que trabajar mucho más durante el período entre sesiones de la CSW. Tenemos que centrarnos en influir en las agendas de los gobiernos, para formar parte de las delegaciones y marcar impronta en cuanto a la redacción de los documentos. También tenemos que trabajar con otras organizaciones de derechos de las mujeres que están interesadas en los principios feministas para internet y elaborar estrategias conjuntas tendientes a influir en las agendas.


Cada vez más, debemos dejar de participar en los paneles de los eventos paralelos y concentrarnos en trabajar con los gobiernos para coorganizar paneles de alto nivel sobre cuestiones relativas a la Sección J y promover los principios feministas para internet. Debemos educar a los actores estatales y desarrollar planes de acción gubernamentales que tengan en cuenta las características de una internet feminista; mostrar cuáles son los problemas actuales de las mujeres y activistas por los derechos sexuales; cómo las corporaciones cooptan internet con fines de lucro, a menudo ignorando las cuestiones de derechos humanos; y el impacto directo que estas tendencias tienen en las vidas de las mujeres.


Lamentablemente, en la actualidad la CSW tiende más a crear documentos finales que a llevar adelante acciones. ¡Necesitamos fomentar una fuerte participación no gubernamental, fortalecer la capacidad institucional del gobierno y sensibilizar a la sociedad!


Tenemos una estrategia de comunicaciones que difunda información en el lugar del evento y aliente a las mujeres a participar activamente en el proceso de la CSW expresando sus comentarios, sugerencias y demandas. Debemos seguir apoyando y priorizando este enfoque.


"Nuestra campaña en línea #Sección J es un ejemplo de cómo forjar espacios para los principios de una internet feminista, porque abre canales de comunicación en el ámbito de la CSW y crea espacios de colaboración en línea con otras organizaciones de medios feministas que realizan campañas en torno de la Sección J". – Jennifer Radloff


SB: El carácter restrictivo de estos espacios es una de las principales razones por las que nos comprometemos a llevar a cabo una campaña en línea. Esto asegura que involucramos a actores estatales, organizaciones de la sociedad civil y activistas en dos niveles, y nos permite participar en conversaciones en línea claves en torno al problema de ser una feminista en un espacio enfocado a los gobiernos. Cuanto más nos conectamos con otras organizaciones y activistas, más fuerte es nuestro movimiento y más altas nuestras voces dentro y fuera de esos espacios.


BB: ¿Cómo podemos facilitar la identificación de vínculos claros, orientados a la acción y sostenibles entre la Sección J y sus conexiones con el patriarcado?


JR: Para nosotras, el desmantelamiento del patriarcado en los próximos 15 años debe incluir la promoción y evolución de los principios feministas para internet. Se trata de ver la importancia que tiene la Sección J en relación con las otras secciones de la plataforma. No podemos desmantelar el patriarcado si no podemos comunicarnos y movilizarnos de forma segura y protegida e internet es fundamental para lograrlo.


SB: Hay dos aspectos importantes que se destacan al hablar del desmantelamiento del patriarcado en los próximos 15 años. En primer lugar, la Sección J es acerca de las voces de las mujeres. La libertad de expresión es un derecho habilitante; por lo tanto, la creación de entornos donde las mujeres puedan hablar libremente y difundir sus ideas transforma las relaciones de poder en todos los ámbitos. Es esencial que los relatos de las mujeres informen todo, desde las políticas estatales a las ideas culturales. El segundo aspecto tiene que ver con la forma en que las mujeres son representadas en los medios de comunicación. La igualdad de género debe estar integrada en todos los aspectos de los medios de comunicación.


"Si presionamos para lograr la igualdad de género en todos los aspectos de los medios de comunicación, la igualdad se extenderá más allá de ellos". – Sara Baker


BB: ¿Son optimistas en cuanto al ritmo de los cambios? ¿Qué historias las motivaron e inspiraron para seguir incidiendo a favor del cambio en torno a la sección J? ¿Consideran que la CSW es todavía un espacio relevante para la incidencia en relación a este tema?


JR: Estoy muy deprimida con la CSW y la Sección J. En especial sobre cómo debemos incidir en este espacio. La verdad es que en este momento realmente no sé. Sigue siendo importante enfocar nuestro activismo en la CSW con un intenso trabajo previo a fin de influir en los gobiernos y formar parte de las delegaciones oficiales. Todavía se necesita un trabajo sustancial para reevaluar nuestras estrategias de incidencia en el Programa de derechos de las mujeres. Como nota positiva, hubo una sesión, organizada por Isis-WICCE de Uganda, que introdujo una perspectiva feminista inclusiva en la discusión sobre consolidación de la paz y voces marginadas que reflejó nuestras estrategias para diversificar e incorporar activamente en el análisis de las TIC una gama más amplia de experiencias de las mujeres.


SB: El cambio en torno a los derechos de las mujeres en línea ha avanzado lentamente hasta hace poco. No podemos olvidar que la repentina atención a la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, por ejemplo, es el resultado de muchos años de esfuerzos en muchos frentes. Pero soy optimista en cuanto a que las personas que toman decisiones están finalmente prestando atención. La pregunta que queda es: ¿esas personas responsables de las decisiones tomarán medidas o no harán más que hablar? Cada día vemos historias sobre cómo la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología afecta otros derechos de las mujeres, como el derecho a la privacidad y al trabajo. Para nosotras tiene perfecto sentido seguir haciendo campaña en torno a la Sección J, ya que puede tener un impacto de amplio alcance sobre los derechos de las mujeres.


BB: ¿Qué hace que su trabajo sea feminista?


JR: Trabajamos de manera consultiva e inclusiva con un fuerte compromiso con la incorporación de los derechos de las mujeres como primer punto en nuestra agenda para derrocar al patriarcado, y trabajar con las experiencias de vida y realidades de las mujeres. Vinculamos cuestiones de raza, clase, orientación sexual, ubicación, justicia económica, etc., como tarea crucial de nuestro activismo. Nos escuchamos mutuamente con atención y aprendemos. Nos divertimos y trabajamos creativamente y nuestras vidas reflejan nuestro activismo.


"La integración de la Sección J y sus relaciones con las TIC en la CSW59 fue realmente decepcionante en muchos niveles y probablemente en todas las plataformas". – Jennifer Radloff


SB: ¡Dominemos la tecnología! es implícitamente feminista, ya que recupera la tecnología para prevenir la violencia contra las mujeres. Esto se logra promoviendo campañas locales de colaboración, amplificando las voces de las mujeres a través de campañas en los medios sociales globales, y privilegiando los relatos de mujeres a través del mapeo y la narrativa digital. ¡Dominemos la tecnología!, como todas las áreas de APC, lucha por una internet basada en los principios feministas para internet, que se basan en la necesidad de la igualdad de acceso a una internet asequible, sin restricciones, incondicional y universal.


Conclusión


Las participantes expresaron su decepción generalizada con la expansión de la Sección J hacia las TIC y sus efectos sobre los derechos de las mujeres. Los paneles y las estrategias que se discutieron en la CSW59 parecieron centrarse sobre todo en la manera de limitar la impunidad y reducir la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología, analizando en particular la privacidad, la vigilancia y la incitación al odio. Hubo cierto debate en torno a las políticas gubernamentales restrictivas que no abordan la violencia sexual, los derechos reproductivos y el patriarcado, y las necesidades especiales de lesbianas, bisexuales y transexuales en cuanto al uso de la tecnología. Estos discursos provinieron principalmente de actores de los sectores no gubernamentales y promovieron una perspectiva predominantemente occidental y europea.


La CSW59 no abordó la necesidad de pasar de una visión de las TIC como un lujo a una que las reconozca como herramientas que hacen posible los derechos y libertades de las mujeres. No desafió los estereotipos de desarrollo centrados en la pobreza, la violencia contra las mujeres y la visualización de las "mujeres del Sur" como víctimas. Y no incorporó diversas perspectivas en el análisis de la Sección J, incluyendo a las mujeres de una amplia gama de niveles socioeconómicos y culturales.


Debemos encarar una reflexión estratégica seria con el fin de desarrollar los próximos pasos para incidir en la Sección J y contrarrestar las debilidades expresadas por las activistas en la CSW59. En conjunto, debemos cuestionar estructuras, normas y estándares que limitan la posibilidad de una igualdad real. Debemos fortalecer la adopción de los principios feministas para internet y promover el derecho de las mujeres a la igualdad de acceso, voz y control sobre los medios de comunicación y las TIC que afectan sus vidas.


Imagen por P K usada bajo licencia Creative Commons.

(1) Jennifer Radloff, Jan Moolman, Jennifer Radloff, Jac sm Kee y Dafne Sabanes Plou.

(2) La Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) se creó mediante la resolución 11(II) del Consejo el 21 de junio de 1946.

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