Este año el Foro de Gobernanza de Internet de América Latina y el Caribe (LACIGF) se realizó la primera semana de agosto en la ciudad de La Paz, Bolivia. Uno de los primeros paneles fue el de "Derechos Humanos: libertad de expresión en internet", en el cual participaron representantes de sociedad civil, sector privado, comunidad técnica y del gobierno.

Si bien es un tema importante y necesario de desarrollar, en especial es espacios como el LACIGF donde se congregan representante multistakeholders del ecosistema de internet, también es relevante analizar la libertad de expresión y sus desafíos desde un enfoque de género. Así, poder tener una visión más completa y crítica de la situación de América Latina respecto a este tema.

En lo que sigue de este artículo, presentaré los principales argumentos que se discutieron en el panel. Luego me referiré a algunos criterios a tomar en cuenta desde la perspectiva de género y, para finalizar, algunas ideas de cómo construir espacios seguros.

¿Qué ideas se desarrollaron en el panel?

Durante la mesa "Derechos Humanos: libertad de expresión en internet" se trataron 6 temas principalmente:

  1. La importancia de identificar los desafíos que presenta la libertad de expresión en internet, teniendo en cuenta la democratización de la información y del discurso, el rol de las plataformas, los intermediarios de internet en general y su posición como gatekeepers para la distribución de los discursos.

  2. Analizar el rol de los gobiernos no solo como entes reguladores; sino desde una mirada global e integradora de sus funciones, en un contexto donde su obligación es proteger y hacer cumplir los reglamentos en su territorio y con sus habitantes.

  3. Repensar la idea de regulación, teniendo en cuenta que los diversos intentos de distintos países para controlar la libertad de expresión demuestran que no hay una solución mágica que se pueda adoptar, en especial en un contexto donde existen diversos actores y donde importa la seguridad de los usuarios finales.

  4. Análizar la transparencia de las plataformas y el rol de usuarios y usuarias. Cómo las plataformas van mejorando en temas de transparencia en la toma de sus decisiones, basándose en sus reglas comunitarias. Además de resaltar el poder de las usuarias y los usuarios para regular las dinámicas que se desarrollen en las plataformas.

  5. Considerar el respeto por los derechos humanos como eje guía. Se cuestionó cuál es la idea de la libertad de expresión en línea y cómo funciona la moderación de contenidos proponiendo que ésta debería de estar inspirada en el respeto de los derechos.

  6. Debatir la relación de las mujeres con la libertad de expresión. Cómo se reproduce el acoso contra las mujeres y los discursos que lo acompañan creando una dicotomía entre las expresiones dentro de la ley o lo que se podría interpretar como válido versus el objetivo de silenciar a un grupo específico de la sociedad.

Libertad de expresión en el marco de la violencia de género en internet

Para iniciar, es importante reflexionar en cómo los contextos en los que vivimos determinan las relaciones de poder que se establecen entre personas según los roles de género, identidades de género, y agenda política y/o de derechos en la que una persona pueda estar trabajando. Con esto en mente, podremos identificar cómo se establece el ejercicio de nuestros derechos en espacios digitales y offline, y resaltar quiénes están protegidos y quiénes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.

Es importante reflexionar en cómo los contextos en los que vivimos determinan las relaciones de poder que se establecen entre personas según roles de género, identidades de género, y agenda política

Por ello, es relevante enmarcar la libertad de expresión en el marco de la violencia de género en América Latina y según cada país. Así, podremos comprender, por ejemplo, no solo quiénes son las personas más afectadas, sino también qué tipo de discursos son los más usados para controlar o limitar la libertad de expresión de ciertos grupos.

Por ejemplo, en el caso de Perú, en la investigación de violencia de género en línea, se identificó que existen 5 tipos de discursos de odio1, los cuales son un reflejo de los comportamiento a los que nos podemos estar enfrentando en el día a día. Los 5 tipos de discurso de odio son:

  1. Machista

  2. Antifeminista

  3. Anti género

  4. Homofóbico

  5. Racista

Si bien es el tema de libertad de expresión es algo que comúnmente se relaciona de manera directa a los derechos humanos, a nivel general, es también importante poder reflexionar sobre esto desde un enfoque de género. Esto nos pueda permitir analizar y criticar cómo el espacio digital se viene desarrollando bajo dinámicas específicas de opresión y de invisibilización hacia ciertas personas y comunidades como: mujeres, activistas, feministas, comunidad LGBTIQ+, y en contra de contenidos que puedan estar relacionados a temas como aborto seguro, igualdad de género, matrimonio igualitario, etc.

Es así que podemos identificar una relación entre contenido y riesgo de violencia, siendo los objetivos de esta violencia el silenciar, invisibilizar, limitar los espacios y los conocimientos de estos grupos y como consecuencia vulnerar su libertad de expresión.

Reconocer estas dinámica, que puede ir variando según contextos y países, nos puede permitir trazar un hilo conductor e identificar las “estrategias” que usan los grupos opresores para rechazar y eliminar cuerpos, identidades y discursos del espacio digital. Estos grupos que suelen crecer en contextos machistas, heteropatriarcales, paternalistas, de derecha y conservadores, toman acciones en contra de todo lo que pueda significar la agenda de derechos planteada con óptica feminista y de igualdad.

Podemos identificar una relación entre contenido y riesgo de violencia, siendo los objetivos de esta violencia el silenciar, invisibilizar, limitar los espacios y los conocimientos

 

¿Libertad de expresión implica sentirnos seguras en línea?

Es muy interesante cuestionarnos lo conflictivo que puede ser tomar una posición fija sobre lo bueno y/o lo malo de la libertad de expresión, si por un lado como mujeres reclamamos el espacio digital como nuestro y por otro lado quienes agreden se escudan en la protección de la libertad de expresión para ejercer violencia.

Es por eso, que cuando pensamos en libertad de expresión también solemos pensar en la necesidad de tener espacios seguros que nos permitan desarrollar nuestras agendas, mostrar quiénes somos, qué queremos, por qué luchamos y poder disfrutar de ese espacio.

Esta perspectiva nos lleva a pensar en los diferentes actores del ecosistema de internet, como el rol que las empresas intermediarias y el Estado cumplen para asegurar la libertad de expresión de las minorías y de las personas que suelen ser atacadas por la agenda pro derechos que llevan.

En este punto es necesario preguntar si confiamos lo suficiente en nuestros gobiernos para cumplir con este rol, sin que esto implique alguna limitación de otros derechos. Esto en un contexto global, donde una ola de gobiernos de derecha y conservadores están en posiciones de poder.

Por otro lado, en el caso de las plataformas es importante relacionar la posibilidad de que si les seguimos dando cierto poder, en especial a través de nuestros datos, es probable que mejoren algunas opciones. Pero tengamos en cuenta que al mismo tiempo les otorgamos la responsabilidad de dictar cómo debe ser nuestra manera de relacionarnos y actuar en sus espacios. Esto puede tener consecuencias negativas para los grupos minoritarios, tal como lo vemos actualmente.

Entonces, podríamos ir pensando en crear espacios, no como una solución a este problema, pero sí como medios de generación de contenidos diseñados por nosotras.

Romper con las ideas de que las mujeres pertenecemos al ambiente privado, que nuestras opiniones solo pueden ser buenas si están fundamentadas con datos de la academia o que nuestras experiencias aún no son lo suficientemente importantes como para ocupar un lugar en la historia.

Poco a poco, podemos ir creando espacios en línea donde acciones como la violencia de género que se muestra a través del acoso, la discriminación, los insultos, el discurso de odio o las amenazas que reprimen la libertad de expresión no tengan cabida.

Podríamos ir pensando en crear espacios, no como una solución a este problema, pero sí como medios de generación de contenidos diseñados por nosotras.

 

 

Ilustración: Amycha, Huelva, Andalucia, España

 

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