‘Desde que empezamos a movilizarnos por las cuestiones de educación sexual… en nuestro sitio web, recibo amenazas de muerte diciendo que estamos arruinando la cultura india. Las ignoro pero me pregunto si no habrá un momento en el que una debería darse vuelta y decir algo.’



¿Qué significa usar internet plenamente y con libertad? ¿Qué libertad tienes para expresar quién eres, cómo vives tu vida, qué deseas, sueñas y crees en internet? ¿Tu activismo influye sobre tu experiencia como ciudadana de internet? ¿Y con cuánta seguridad puedes comunicarte, contribuir, existir, navegar y estar en los espacios en línea que pueden conectarte con comunidades y conocimientos que construyen nuestro sentido de ser nosotras mismas?



Está claro que todo depende de quién eres y de si eres ‘aceptable’ para los poderes que controlan y vigilan los espacios en línea. Mientras leía las respuestas a una encuesta conducida por el proyecto EROTICS y en base a mi experiencia en activismo en línea, me impactó la forma en que las ‘normas y valores’ de entidades heteronormativas, inherentemente conservadoras y fundamentalistas ofician como referencias para establecer un control formal e informal de la libertad de expresión en línea. A menudo las personas y comunidades que viven y expresan ‘otros’ géneros, sexualidades o creencias ven restringida su capacidad de expresarse, reunirse y contribuir en línea, cuando no reciben ataques denigrantes y violentos.



En la primera etapa de la investigación de EROTICS, se dijo que “…internet se ha convertido en una esfera pública importante para los debates democráticos donde se defienden y discuten derechos. Esto es particularmente cierto para sectores de la sociedad que tienen poco acceso a otros ámbitos públicos debido a las múltiples formas de exclusión y discriminación que sufren, basadas en el género, la edad, su condición económica e identidad sexual.” Aunque esto sigue siendo verdad, en los últimos años creció la violencia en línea contra mujeres, minorías sexuales, activistas trans y otras. Esta vulnerabilidad y las amenazas recibidas requieren que trabajemos para garantizar nuestra seguridad en internet. La inseguridad en línea se origina en varios factores, desde el bloqueo de contenidos sobre prácticas seguras de salud sexual, hasta la censura de información sobre minorías sexuales y ataques intimidatorios dirigidos contra activistas de los derechos sexuales. Aunque el bloqueo de contenidos sobre sexualidades puede parecer inocuo, es una práctica que infunde temor y compromete el acceso a información confiable y vital, y al sentido de sí misma/o y de comunidad.



“Cuando estudiaba en la Universidad de Botswana se censuraba cualquier información sobre lesbianas, calificándola de pornográfica.”



“Cuando usaba WiFi en la sala del hospital, no podía acceder a recursos de educación sexual.”



Hace un par de años hubo amenazas de violación desde un grupo de Google. Todos los domingos hacíamos acciones en la calle y decíamos dónde nos reuniríamos. Cuando sucedió aquello, dejé de dar detalles sobre las reuniones y pedía que me enviaran un correo electrónico, porque no solo estaba en riesgo mi seguridad, sino también la de las demás.



La Carta de APC sobre derechos en internet dice “… internet y otras tecnologías de información y comunicación (TIC) pueden ser una poderosa herramienta de movilización social y desarrollo, resistencia a la injusticia, y expresión de diferencias y creatividad.” En muchas instancias, los/las activistas por los derechos sexuales son segregados como “otros” por los grupos, gobiernos e individuos conservadores porque expresan la diferencia. La resistencia a esta “otredad” suele requerir respuestas creativas e innovadoras, incluso en línea. Lesbianas, gays, personas transgénero e intersexuales han tomado el ciberespacio como un sitio para la lucha y la innovación. Sin embargo, el aumento de la vigilancia, el control, el hostigamiento y los ataques dirigidos obliga a incluir mecanismos de seguridad, conciencia del peligro y capacidad de protección – propia y comunitaria – en la innovación y la creatividad.



Quizás una de las lecciones más importantes de esto es que somos personas conectadas a otras en espacios en línea, por lo que tomar conciencia de nuestra seguridad y practicarla significa también proteger a nuestras comunidades. Como dice c5, que entrena y capacita activistas en seguridad digital, “estamos tan seguras como el miembro menos seguro de nuestras redes”. Tal vez éste sea el mantra que debemos cantar como activistas en línea que trabajamos por los derechos de la sexualidad y respiramos ese aire.



“Administro varios grupos de discusión en línea en Facebook, que además modero. Recibí muchas amenazas de daño físico, etc. Muchas vinieron por debates ideológicos o discusiones polémicas. Al principio me retraje, pero ahora estoy mentalmente preparada y ya no dejo que me afecte. Los ataques fueron muy personales y perturbadores.”



No sólo los/as activistas experimentan restricciones en línea. Investigadores/as que exploran las fronteras de las diferencias sexuales y estudiantes que trabajan sobre sexualidad también hallan difícil acceder a información sobre derecho al aborto, temas de salud de trabajadoras sexuales y lactancia materna, por nombrar unos pocos.



“A veces no puedo aceder a mis propias páginas de investigación (relacionadas con pornografía y trabajo sexual) desde lugares como cafeterías, bibliotecas, etc., donde internet está controlada y censurada, pero no por el gobierno sino por empresas privadas.”



Como dije antes, no pude promocionar mi artículo porque decía “tetas” en el título. También una vez me sucedió que, mientras hacía una investigación, no pude entrar a GoodVibrations.com en una red WiFi pública. Estaba bloqueada por considerarse pornografía. Jaja.



¿Hasta qué punto nuestra sensación de seguridad se construye a través de la mirada de los/as demás?



¿Dónde nos sentimos seguras? ¿Hasta qué punto nuestra sensación de seguridad se construye a través de la mirada de los y las demás? Solemos medir en parte nuestro sentido del yo y nuestra seguridad a través de la mirada de los/las demás. Aunque como dice Haraway, “la tradición de la reproducción del yo a partir de los reflejos del otro” (1) es una construcción, a menudo ‘leemos’ en los/las demás si estamos seguras o inseguras. Así como medimos y nos sentimos seguras o inseguras en el mundo físico, hemos comenzado a medir nuestra sensación de privacidad y seguridad en línea, como exploraremos en este artículo. La seguridad digital es clave en una época donde la vigilancia y la invasión de los espacios en línea por parte de grupos conservadores es un lugar común. Al trabajar en áreas controvertidas como la sexualidad, es fundamental entender la seguridad digital y encontrar la forma de proteger los espacios en línea.



Habitamos la mente, el cuerpo y el espíritu que trabajan en conjunto para intuir cosas y responder, protegiéndonos y manteniéndonos a salvo. Hay lugares a los que no voy si me siento físicamente insegura. Pero no somos sólo cuerpos. Tenemos corazones y mentes construidos con relatos, historias, sueños y deseos con los que nos hemos formado, a nosotras mismas y nuestra realidad. Estamos conectadas a comunidades, familias y redes que también poseen relatos que han formado nuestra comprensión de la seguridad. Somos seres construidos en el mundo real y también somos seres construidos en línea.



A veces ‘la mirada’ de los/as demás en línea es tan peligrosa y amenazadora como lo es en el mundo físico.



“Cuando me metí en películas di mi número de teléfono. Una de las llamadas fue de un tipo que empezó a preguntarme cuál era mi tarifa, cuánto cobraba. Eres transgénero, eres actriz, debes ser prostituta. Debes tener un precio.



Otro trató de averiguar donde vivo. Me encontró primero en Orkut y Facebook y desde entonces buscaba mi número. [Usaba estas plataformas] para encontrar información. Fue a una tienda donde suelo ir y trató de averiguar mi número allí. En realidad vivía en la otra cuadra – podía ver su casa desde mi ventana – y descubrí que paraba a mirarme por la ventana. Y esa habitación era también el lugar donde me vestía. Y entonces me di cuenta de que el tipo hacía eso. Un par de semanas más tarde, yo volvía caminando a casa tarde después de un evento y de repente apareció con unos amigos. Estaba borracho, me tomó la mano y me decía cosas como eres hermosa y transgénero y a todas ustedes les gustan los muchachos, por qué no me miras’.



Otro tipo averiguó por Facebook dónde trabajaba, obtuvo ese número de teléfono y de allí consiguió mi número celular.”



La fluidez entre nuestras experiencias en la realidad física y en línea es tal que provoca transiciones sin fisuras y desdibuja cualquier frontera entre ambas. El Manifiesto Cyborg de Donna Haraway proclama que no hay distinción entre la vida natural y las máquinas artificiales hechas por los humanos. Lo que hacemos y compartimos en línea tiene implicancias fuera de ella. Así como nos protegemos y cuidamos a nuestras comunidades en la vida física, necesitamos reflexionar, aprender e implementar medidas para proteger nuestra seguridad en internet, en los espacios de las redes sociales y en nuestro correo electrónico.



Cuando las experiencias de los/as activistas en torno a su seguridad y su libertad para expresarse plenamente en línea terminan trivializadas por quienes deberían ser sus aliados/as, se produce una atemorizadora des-articulación entre aliados y enemigos en el movimiento por la Libertad de expresión (LDE) en línea. Cuando se apunta contra las mujeres porque son mujeres, esa violación de la libertad de expresión y la seguridad de las mujeres a menudo es banalizada por otros aliados y aliadas de la LDE. Parece que es difícil tomar en serio a la “miríada de hermanitos” que diariamente perpetran ataques sexualizados contra mujeres, por lo general a través de las redes sociales. La reciente campaña #FBRape sacó a la luz las muchas formas en que las mujeres resultan perseguidas y maltratadas a través de una de las mayores plataformas de red social, Facebook. Sin embargo, algunos aliados de la LDE consideranque estos ataques son insignificantes, porque se trata, en su mayoría, de acciones individuales en lugar de proceder de estados o corporaciones.



Estar seguras en línea no consiste sólo en protegernos de gobiernos y corporaciones, también debemos proteger nuestro activismo e identidades de usuarios individuales que utilizan las redes sociales como medio principal para sus ataques.



¿Cuáles son los problemas de seguridad que enfrentan los/as activistas por los derechos sexuales?



La censura mediante bloqueo de contenidos por parte de gobiernos, proveedores de servicios de internet, universidades y otras instituciones se ha vuelto un lugar común. A continuación se presentan algunas experiencias:



“Mi aviso en línea, en busca de mujeres que se hubieran hecho abortos clandestinos fue borrado de uno de los servicios.”



“No podemos ver películas LGBT en línea. No digo pornografía. Eso sí se puede ver.”



“En mi trabajo en la universidad, algunos sitios web están bloqueados aunque su contenido no es pornográfico. Creo que sólo escogen algunas palabras y ponen el sitio en la lista negra. El gobierno utiliza los proveedores de servicios de internet para bloquear los sitios donde se sospecha que hay contenidos inmorales, como sitios porno y salas de chat adultas. Esta política también afecta a sitios que no tienen ningún contenido obsceno.”



Estas experiencias reflejan las reacciones tendenciosas contra los contenidos sobre sexualidad. Se bloquea o filtra en bruto información clave sobre salud sexual, lo cual refleja una mentalidad conservadora y misógina. Y simultáneamente, como dijo una encuestada, “el contenido sexista abunda y no tiene restricciones.”



La vigilancia es otra de las formas en las que podemos ser vulnerables en los espacios en línea. Internet es una amenaza para muchos gobiernos porque la gente es capaz de expresarse, actuar, planear y resistir. La regulación es la respuesta más común y los/as activistas que trabajan por una internet libre y abierta son muy concientes del peligro que esto significa para la libertad de expresión y de reunión. Muchas/as son objeto de cuidadosa vigilancia y, en casos extremos, sufren arrestos. Una persona encuestada respondió:



“(Fui) vilipendiada en un sitio web progubernamental por mi trabajo a favor de la libertad de expresión.”



Otra de las experiencias compartidas:



“A veces no es posible lograr la libertad de expresión en una nación muy reprimida, enfrenté dificultades cuando quise expresar puntos de vista sobre religión, razas, incluso gobierno….”



La revictimización de sobrevivientes de violencia sexual que deciden hacer frente a la violencia a través de las redes sociales es grave y muy común. Algunas tácticas crueles, por lo general practicadas por individuos, pueden efectivamente silenciar a sobrevivientes o activistas de los derechos sexuales que deciden hacerse oír y luchar por su derecho a la expresión en línea como sobrevivientes y/o activistas de los derechos sexuales. La revictimización puede resultar devastadora y en estas situaciones es crucial tomar todos los recaudos para protegerse en línea.



Las redes sociales pueden ser puntos vulnerables para los y las activistas



En círculos activistas ha crecido sustancialmente el uso de redes sociales como Twitter y Facebook, así como blogs y también YouTube. Muchos/as encuestados/as identificaron a las redes sociales como puntos vulnerables, pues allí experimentan acosos, reciben mensajes amenazadores o se extrae el número de sus teléfonos celulares de su perfil. Se descargan fotos, se manipulan y se reenvían para degradar y perjudicar la reputación de alguien, lo que puede resultar muy destructivo a nivel personal. Así se revictimiza a las personas cuando desafían a sus abusadores en línea o a las personas que, de manera desconsiderada, reenvían imágenes de abuso. Este tipo de ataque es particularmente dañino porque reactualiza el trauma. Es importante tener conciencia y precaución respecto de lo que se comparte por las redes sociales, en especial entre los/as activistas de los derechos sexuales que suelen experimentar más hostigamientos y amenazas que otros/as.



Alguien tomó la foto de perfil de Facebook de X y creó un perfil de Facebook falso. Esta persona, haciéndose pasar por X, le pidió a un hombre que saliera con ella. Luego publicó en Orkut capturas de pantalla de los falsos mensajes seductores.



Además de esto, con frecuencia hay víctimas de acoso sexual o violación revictimizadas por la publicación de fotos o videos del incidente o por ulteriores acosos en línea:



“Enfrenté un acoso sexual y el hecho fue publicado en el Sunday Guardian,y luego subido a internet. Ahora, los comentarios que aparecieron en Facebook – eran juicios de todo tipo sobre mí. Eran cosas tipo, ¿cómo puede pasarle esto a un hombre? Esta persona nunca lo va a hacer. Una especie de asesinato del personaje. Apareció mi número y la gente empezó a llamar y llamaron a mis padres, y ellos no tenían idea de lo que pasaba. Ese fue también el momento en que me sinceré con ellos. Hubo familiares que preguntaron cosas como ‘¿Es realmente un hombre? ¿Necesitan llevarlo al médico?` También empezaron a hacerle comentarios a mi hermano en el instituto.” Finalmente la persona dio la cara y pidió una disculpa pública.



¿Cómo podemos estar seguros/as?



Como dice The Lorax en la película Dr Seuss: “A menos que a alguien como tú le importe muchísimo, nada va a mejorar. Nada.” (2)



El viejo dicho “el conocimiento es poder” es importante y verdadero. Internet es insegura y necesitamos informarnos y capacitarnos, a nosotras y a nuestras comunidades, para estar seguras y a salvo. ¡Defensa propia en línea! Y dadas las particulares amenazas en línea que enfrentan los/as activistas de los derechos sexuales y en especial las mujeres, a continuación sugerimos algunas herramientas, estrategias y recursos para la seguridad en línea.



Recuerdo una frase usada en muchas luchas: “cuando hieren a una nos hieren a todas”. Tu seguridad personal ayuda a la seguridad de toda tu comunidad. Esta es una de las cosas más importantes para recordar en línea. No comprometas a otras personas con tu falta de seguridad. Si eres parte de una red u organización, habla sobre seguridad digital, crea una política a la que adhieran todos los miembros.



- Conoce cómo funciona internet. Esto te permite ver de dónde pueden venir potenciales amenazas.



- Mantén sana tu computadora. ¡Condonízala! Asegúrate de actualizar con regularidad tu antivirus, pues los virus son peligrosos y pueden contener spyware.



- Proteje los datos en tu computadora. Protege tu computadora con una contraseña y encripta los datos sensibles. Borra los archivos antiguos con Ccleaner.



- Busca en internet con seguridad usando siempre https y limpia regularmente tu historial.



- Hay muchas maneras en las que alguien puede tener acceso a tus cuentas privadas sin producir un verdadero hackeo. Una de las más comunes es nuestra administración descuidada de las contraseñas. Descubre cuáles son los riesgos, cómo establecer mejores contraseñas y cómo administrarlas mejor.



- Los teléfonos móviles están en todas partes y muchos/as activistas los usan para conectarse, comunicarse y movilizarse. Pero también pueden usarse para rastrear la ubicación de alguien o sus comunicaciones privadas. Aprende a proteger mejor tu privacidad en los teléfonos móviles.



- Las plataformas de redes sociales presentan vulnerabilidades de las que debemos resguardarnos. Asegúrate de leer las declaraciones de privacidad de plataformas como Facebook y Twitter. No subas a ellas fotos comprometedoras y nunca subas las de otras personas o etiquetes a otras personas sin su permiso. Guarda tus contraseñas en forma segura, cámbialas con regularidad y recuerda desconectarte cuando hayas terminado tu sesión.



Permanece segura leyendo más sobre seguridad en línea.



Imagen tomada durante el taller de EROTICS en India por CT de APC.



—-fin—-

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