Introducción



Los movimientos y organizaciones de mujeres han sido históricamente claves en el progreso de los derechos de la mujer, la igualdad de género, la justicia social y el desarrollo. Sin embargo, este importante papel se ve amenazado por una creciente dificultad para conseguir recursos que apoyen el trabajo. La Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID) ha notado esas dificultades y constata que lo que predomina es la escasez: muy pocos donantes interesados, con muy poco dinero como para apoyar las iniciativas existentes en relación a los derechos de la mujer. ¿Es realmente así? ¿Acaso los grupos defensores de los derechos de las mujeres no son lo suficientemente fuertes en sus estrategias de recolección de fondos? ¿O acaso los financiadores simplemente no entienden la urgencia y la importancia de este trabajo?



AWID decidió contestar a estas y otras preguntas en 2004, cuando lanzamos la iniciativa de investigación “¿Dónde está el dinero para los derechos de las mujeres?” a fin de lograr una mejor comprensión sobre las tendencias de financiación para el trabajo sobre los derechos de las mujeres y sobre cuál sería la mejor manera de ampliar la base de recursos para el movimiento feminista y las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres. Sabemos, desde entonces, que hay muchos problemas en el panorama actual de la recolección de fondos y que entre ellos figura lo que parece una declinación del apoyo a las organizaciones por los derechos de las mujeres, entre todos los sectores de financiadores de la mayoría de las regiones.



Nuestros hallazgos apuntan hacia la necesidad de repensar por completo la relación entre dinero y movimientos. Si bien es comprensible que en tiempos de crisis la atención se centre en la supervivencia de organizaciones individuales, ello contribuye a la fragmentación y al debilitamiento de los movimientos. Debemos encontrar una alternativa, maneras más colectivas de encarar la movilización de recursos para las organizaciones de las mujeres en general y de influir estratégicamente en la agenda de las financiadoras.



En esta edición nos centramos especialmente en las TIC y el género, enfocando la atención en las organizaciones de mujeres que trabajan en esa área y que participaron en nuestra encuesta de 2006. Además, incluímos lo más destacado de una entrevista con Sonia Jorge, especialista en políticas y regulación de las comunicaciones y actualmente integrante de Género y desarrollo. Sus valiosos aportes reflejan no sólo lo que habíamos observado en investigaciones previas sino que también ayudan a lograr una mejor comprensión de las tendencias de financiación, las organizaciones de mujeres y las TIC y el género.



Organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres que trabajan en el campo de las TIC



Según los resultados del último estudio de AWID (2006), del total de 958 organizaciones de mujeres que fueron encuestadas, solo 161 dijeron trabajar con TIC, lo que representa 17% de la muestra.



La distribución regional de esas organizaciones es la que sigue: 43% están en África, 12% en Asia, 19% en América Latina y el Caribe, 6% en Medio Oriente y el norte de África, 16% en Europa central y oriental y 4% en América del Norte y Europa occidental. Sólo una organización no dijo a que región pertenece (región desconocida). El gráfico que sigue ilustra estos porcentajes:






En ese grupo particular, dos tercios de las organizaciones tuvieron presupuestos anuales de menos de 50.000 dólares en 2005, como se ve en el gráfico siguiente:





El rol de las organizaciones de la sociedad civil en la sociedad de la información y, sobre todo, de las organizaciones de mujeres, es crucial para lograr un desarrollo sustentable a largo plazo. Según el informe que hicieron en 2007 Nancy Hafkin y Sophia Huyer, todos y todas saldrán beneficiados/as si las mujeres se involucran y contribuyen activamente con la sociedad del conocimiento. Si eso no sucede, la sociedad se verá privada de su creatividad, perspectiva y experiencia y las mujeres no podrán participar en el diseño, la creación y el desarrollo de la ciencia y la tecnología que afectan todos los aspectos de su vida y determinan sus oportunidades [4].



La información presentada muestra claramente que las organizaciones de mujeres que trabajan con TIC viven y funcionan con recursos limitados. Si bien esto puede parecer un paisaje bastante desalentador, ha habido una mejora aparente en los últimos diez años ya que en 1995, 81% de las organizaciones que trabajan con TIC tenían presupuestos por debajo de los 50.000 dólares y en 2000 el porcentaje fue 74%. Si su impacto se amplía y si hay que multiplicar los beneficios de las TIC para las mujeres y sus comunidades, es urgente un esfuerzo comprometido por parte de actores claves para incluir e integrar efectivamente la igualdad de género a la hora de diseñar políticas, a fin de garantizar la disponibilidad de recursos para las organizaciones de mujeres.



Por otro lado, la mitad de dichas organizaciones declararon que es más difícil conseguir fondos ahora que hace cinco años y sólo 25% dijo que es fácil o se mantiene igual. Además, 32 organizaciones dijeron que no existían en 2000, lo que muestra la juventud de los grupos que trabajan con los derechos de la mujer en el área de TIC. En consecuencia, muchas organizaciones se encuentran en una etapa temprana de desarrollo, aspecto crítico que necesita mejorar mediante financiación para garantizar un acceso igualitario a las TIC para hombres y mujeres. También existe la necesidad de elaborar lineamientos claros y efectivos sobre cómo darle una dimensión de género a las políticas de TIC lo que supone, como señaló Sonia Jorge, experiencia profesional tanto en cuestiones de género como en TIC, a fin de tratar los aspectos técnicos de las políticas de TIC y telecomunicaciones y en organizaciones de la mujer. Las activistas de género deben involucrarse en las políticas de acceso universal y garantizar que dichos fondos se utilicen para apoyar el acceso y el uso de las TIC por parte de las mujeres.



¿Quién financia el trabajo de las mujeres en el campo de las TIC?



Según todos y todas los/as encuestados/as de nuestro informe, las fuentes de financiación más importantes en términos financieros para 2005 fueron asistencia bilateral y multilateral (23% del total de los dividendos), organizaciones no gubernamentales internacionales (14%) y grandes fundaciones privadas (13%).



Sin embargo, es importante señalar el papel que tienen los fondos de la mujer. Si bien sólo fueron 5% del total de los dividendos en 2005, 46% de los y las encuestados/as dijeron estar recibiendo apoyo de esos fondos. Los fondos para la mujer tienen entonces un rol clave en cuanto a que alcanzan a un abanico enorme de grupos, ampliando así, de alguna manera, el acceso a los recursos.



Respecto de donantes específicos, lo más importante para 2005 según los y las encuestados/as del informe incluía a donantes individuales, el gobierno de Holanda, la Fundación Ford, los miembros de Oxfam Internacional, el Fondo Global de la Mujer e HIVOS.



Si se analiza en particular a las 161 organizaciones de mujeres que trabajan con TIC, los 15 donantes que brindaron mayor apoyo en 2005 fueron:



  • Fondo Global para los Derechos Humanos

  • Fundación Toyota

  • Ayuda oficial de Dinamarca

  • Fundaciones locales

  • Comisión Europea/UE

  • HIVOS

  • Gobierno nacional o local

  • Fundación Heinrich Boll

  • Gobierno de Holanda

  • Gobierno de Noruega

  • CIDA (Ayuda oficial de Canadá)

  • Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

  • Fondo Global para la Mujer

  • CAFOD (Agencia Católica para el Desarrollo del Exterior)

  • Miembros de Oxfam Internacional


Nuevamente, las agencias bilaterales y multilaterales constituyen buena parte de las fuentes de financiación disponible para este trabajo. Las organizaciones de mujeres deberían esforzarse por seguir dando a conocer todos los proyectos que desarrollaron con éxito y presentarlos como casos para obtener más apoyo, no sólo de gobiernos y organismos multilaterales, sino también de otro tipo de donantes.



Una visión alternativa para la movilización de recursos



Junto con la identificación de fuentes actuales y potenciales de financiación para las organizaciones de la mujer, es importante tomar distancia y reflexionar sobre el significado amplio que tiene el dinero para nuestro movimiento. Sin duda, la relación ha sido complicada. Si bien la financiación ha facilitado buena parte de nuestros éxitos, también ha tenido impactos no deseados sobre nuestra agenda, ha contribuido a crear más competencia y fragmentación, y ha sido visto como una fuerza de “cooptación”. El dinero rara vez ha sido sujeto de discusión abierta –ya fuera por temor a parecer motivados/as por razones equivocadas, o por miedo a que el hecho de compartir demasiada información le generara ganancias a otras organizaciones y pérdidas a la propia. Tenemos que cambiar esta relación entre el dinero y los movimientos de mujeres. Nuestra capacidad para comprometer donantes es política - y no solo como recursos de trabajo sino también para financiar agendas y prioridades.



Si queremos ampliar el conjunto de recursos disponibles para las organizaciones de mujeres en toda su valiosa diversidad, además de garantizar que las prioridades de los donantes se alinean con las nuestras, tenemos que cambiar el enfoque sobre movilización de recursos. Ello significa abandonar los modelos tradicionales de recolección de fondos según los cuales cada organización salía a buscar una agencia financiadora. Implica incluir la movilización de recursos como parte de estrategias colectivas en las que las organizaciones de mujeres se unen para influir sobre amplios sectores y tendencias de financiación, en base a objetivos estratégicos compartidos. Este tipo de estrategia exige solidaridad: no podemos descansar si nuestra organización está bien pero las demás están luchando para sobrevivir. Esto constituye la sustentabilidad financiera de nuestro movimiento.



Las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres deben explorar nuevos enfoques para movilizar recursos y lograr una sustentabilidad financiera que:



1. Generen un mayor poder colectivo: ¿Cómo se construyen agendas políticas compartidas que reconozcan la diversidad de nuestros proyectos políticos? Se necesita con urgencia revitalizar el ethos de solidaridad, para eliminar la fragmentación que ha debilitado a los movimientos de mujeres de todo el mundo. Los elementos claves son: aclarar colectivamente la ideología, los valores y lo que “no es negociable”; ampliar la base del movimiento y “popularizar” el feminismo; reclamar más plataformas de construcción de coaliciones, de análisis y reflexión colectiva; identificar prioridades mediante procesos regionales genuinamente democráticos; diseñar maneras creativas de compartir bienes (especialistas legales y financieros, recolectores de fondos, espacios de oficina, financiación para reuniones, información sobre donantes, tecnologías de la comunicación, etc).


2. Se comprometan con donantes aliados: Las agencias donantes no son monolíticas. En su interior hay individuos con prioridades e intereses variados. Hay que buscar aliados dentro de esas agencias, plantear estrategias proactivas y negociar términos de participación, además de apoyar liderazgos internos para influir sobre su institución donante.


3. Creen una financiación más autónoma para mantener nuestros movimientos: hay varias críticas bien fundadas sobre el impacto que han tenido los fondos de los donantes en la agenda política de los movimientos de la mujer. El pago de la membresía, la inversión en acciones de largo plazo y experimentos innovadores con una “economía solidaria” son algunas de las estrategias que están usando las organizaciones de mujeres para desarrollar fuentes de financiación más autónomas.


4. Desarrollen y apoyen el liderazgo: es fundamental contar con un liderazgo feminista fuerte y vital para propulsar nuestra agenda. También son claves los procesos de construcción y fortalecimiento de liderazgos multigeneracionales, al igual que los esfuerzos para la construcción del liderazgo feminista en las organizaciones comunitarias y de base, que constituyen los pilares del trabajo con los derechos de la mujer.



Referencias:



[1] Ayudante de programa, ¿Dónde está el dinero para luchar por los derechos de las mujeres? Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID).


[2] Investigadora asociada, ¿Dónde está el dinero para luchar por los derechos de las mujeres? Iniciativa estratégica, Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID).


[3] Directora, ¿Dónde está el dinero para luchar por los derechos de las mujeres? Iniciativa estratégica, Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID).


[4] Otorgarle una dimensión de género a la sociedad del conocimiento: medición de la participación de las mujeres. Publicado por Orbicom, junto con el NRC Press Canada Institute for Scientific and Technical Information (Instituto para la Información Científica y Técnica de Canadá, 2007).



Por Lucía Carrasco [1] y Fernanda Hopenhaym [2] con Cindy Clark [3] de AWID

Responses to this post

Considero que realmente importante la financiacion para programas de defensa de los derechos de la mujer y promocion de la equidad de genero. Organizaciones nuevas como la nuestra ven como irrealizables sus planes de apoyo a la mujer, en la lucha solidaria contra la pobreza, donde la mujer es el personaje mas importante y clave del desarrollo, puesto que dificilmente se concreta el apoyo local asi como el financiamiento externo. Por ello nos ha resultado importante este articulo, saber que han organizaciones que promueven estas iniciativas y nos interesa compartir la experiencia de esta redes de comunicacion.
Gracias

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